Elecciones en Italia
El peligroso auge de la antipolítica
El grupo populista de Grillo se convierte en la tercera fuerza política. Los más jóvenes son los responsables del ascenso del humorista genovés
Para ser el protagonista de unas elecciones no hace falta levantarse temprano para votar, ni hacerlo en el primer día en que puede depositarse la papeleta. Puede uno pasarse tranquilamente a media mañana de la segunda y última jornada por su colegio electoral, con la seguridad de que los medios te van a esperar igualmente. No es ni siquiera necesario ser el candidato de ninguna formación. El cómico Beppe Grillo ha demostrado que son superfluos todos estos condicionantes, seguidos a pie juntillas por la mayoría de los políticos tradicionales. Para ser protagonista hay que sacudir la conciencia de los votantes, hablarles de sus problemas reales y ofrecer soluciones. Importa poco que algunas de éstas sean irrealizables.
Grillo lo ha hecho, tal vez de forma populista y casi violenta, como le reprochan sus críticos, con su Movimiento 5 Estrellas (M5E), la marca electoral de sus listas ciudadanas. Su éxito es incontestable. Sin tener en cuenta las coaliciones electorales con las que han concurrido el Partido Democrático (PD) y el Pueblo de la Libertad (PDL), los «grillini» fueron el partido más votado en las elecciones. Según los datos oficiales, el M5E sumó el 25,54% en la Cámara de Diputados y el 23,79% en el Senado.
Un resultado ante el que caben dos interpretaciones. La primera es que los italianos están muy cabreados con sus partidos tradicionales y se agarran al clavo ardiendo que les ofrece Grillo. Disparándole a todo lo que se mueve e intentando dinamitar el sistema actual, habría conseguido meterse en el bolsillo a un buen número de electores. La segunda lectura es que el «tsunami» del M5E no tiene sólo que ver con el populismo. El cómico también representa la esperanza de sustituir a la «casta» en el Parlamento por personas normales, que no aceptan los sueldos millonarios de los parlamentarios y se comprometen, además, a dejar la política tras dos legislaturas.
Entre los italianos que hacen suya esta segunda interpretación de Grillo están sobre todo los jóvenes. Entre aquellos que votan por primera vez, un colectivo formado por los 4 millones de electores que tienen entre 18 y 23 años, el M5E es la opción predilecta, como explica el sociólogo Renato Mannheimer, presidente del centro demoscópico Ispo y columnista del diario «Corriere della Sera». Los miembros de la siguiente generación también confían en el juglar genovés para darle la vuelta a la política italiana. Entre aquellos que tienen entre 23 y 34 años, son legión los que prefieren a los candidatos «grillini», como se conoce a los militantes del M5E, en lugar de a los de los partidos tradicionales.
Entre los jóvenes, Grillo ha triunfado gracias en parte a las nuevas tecnologías. En internet es uno de los personajes más célebres del país, pues mantiene el blog más leído en lengua italiana y cuenta con más de 920.000 seguidores en Twitter.
Precisamente, Grillo eligió la red social Twitter para dar su primera reacción a los resultados electorales: «La honestidad estará de moda». Ante el empate entre el centro derecha y el centro izquierda, el humorista vaticinó que «probablemente este Gobierno durará poco».
Su éxito, sin embargo, no se explica sólo por los jóvenes. Personas de mediana edad, algunas incluso votantes tradicionales de la derecha, se han hartado de las idas y venidas de Silvio Berlusconi y del poco atractivo candidato del Partido Democrático (PD), Pierluigi Bersani. Han confiado en cambio su papeleta a este cómico que dio hace unos días en un mitin las coordenadas geográficas del Parlamento para que Al Qaida lo bombardease. Seguramente no lo volverá a hacer cuando sus chicos tomen posesión de sus escaños, haciendo así patente que el M5E es ya la tercera fuerza parlamentaria de Italia. En consecuencia con la filosofía de participación popular que sostiene su movimiento, Grillo eligió a sus candidatos a través de internet entre personas pertenecientes a todos los sectores laborales, amas de casa, estudiantes, parados, pero ningún político de profesión. Esta inexperiencia despierta dudas sobre su disciplina parlamentaria.
El invierno del descontento
Las reformas de Monti se han enfrentado con una sociedad golpeada por la crisis. El paro ha alcanzado un desconocido 11% y golpea especialmente a los jóvenes (37%). La deteriorada situación económica y los constantes casos de corrupción que han salpicado a todos los partidos han aumentado la desafección de los italianos hacia la clase dirigente. Descontento callejero que ha recogido el cómico populista Beppe Grillo, cuyo Movimiento Cinco Estrellas ha sido el ganador moral de estas elecciones, que han registrado una participación cinco puntos menor que las de 2008.
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