Marta Torres
El presidente defiende el uso de las torturas en la guerra contra el terror
«Hay que combatir el fuego con fuego», afirma Trump, que no descarta recuperar estas prácticas ilegales
«Hay que combatir el fuego con fuego», afirma Trump, que no descarta recuperar estas prácticas ilegales
Donald Trump reconoció el miércoles en una entrevista con Abc News que las torturas funcionan. Preguntado sobre el uso en los interrogatorios del «Waterboarding» (el ahogamiento simulado), el presidente de EE UU reconoció que «tenemos que combatir el fuego con fuego» tras citar las atrocidades que el Estado Islámico lleva a cabo. Trump explicó que consultará al nuevo jefe del Departamento de Defensa, el general James Mattis, y al director de la CIA, Mike Pompeo, antes de autorizar cualquier método nuevo de interrogatorio.
Sin embargo, advirtió de que ya ha tratado este asunto con los funcionarios de Inteligencia en el pasado. «Les he preguntado: ¿Funciona la tortura? Y su respuesta ha sido que sí, que por supuesto», reconoció el presidente, que admitió que «quiero hacerlo todo dentro de lo que se considere legal».
Estas declaraciones de producen horas después de que la agencia Associated Press y el periódico de «The Washington Post» revelasen la existencia de un borrador de un decreto para recuperar las técnicas de interrogatorios con torturas del ex presidente George W. Bush. Durante su campaña, Trump apenas dudó en alzar la voz cuando advirtió de que recuperaría el polémico «waterboarding». Según el manual, se trata de una técnica de interrogación con la que se echaba agua a los sospechosos de terrorismo en la cara, mientras se les cubría con una toalla para que se asfixiasen. Incluso, el candidato republicano indicó que les quería hacer «peores cosas».
Sin embargo, en la rueda de prensa diaria de la Casa Blanca del miércoles, dio la sensación de que el portavoz del presidente Trump, Sean Spicer, desmintía su existencia o, al menos, que el presidente podía haber desechado la idea. Tras ser interrogado por su existencia, Spicer indicó que «no es un documento de la Casa Blanca». A pesar de que evitó hacer más comentarios, sus palabras fueron respaldadas por el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, que confirmó que «el borrador no ha sido escrito por la Administración Trump. Entiendo que fue redactado por alguien que trabajó en el equipo de transición. No es algo que la Administración Trump planee», aclaró Ryan del texto del posible decreto presidencial, titulado «Detención e Interrogatorio de Combatientes Enemigos».
En el mismo, se ordena la apertura de los polémicos «agujeros negros» de la CIA fuera de las fronteras estadounidenses, donde se han llevado a cabo diferentes torturas a sospechosos de terrorismo, un programa que fue desmantelado en 2009. Al mismo tiempo, también se urge a mandar más detenidos a la prisión de la base naval de Guantánamo (Cuba), que la Administración Bush empleó para trasladar a los sospechosos de terrorismo.
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