Elecciones en Alemania
El SPD aprueba negociar con Merkel una nueva Gran Coalición
Schulz, reelegido líder del partido, promete unos «Estados Unidos de Europa para 2025».
Schulz, reelegido líder del partido, promete unos «Estados Unidos de Europa para 2025»
El Partido Socialdemócrata alemán (SPD) dio ayer luz verde al inicio de conversaciones con Angela Merkel para reeditar una gran coalición en un congreso en el que Martin Schulz fue reelegido presidente de la formación. No ha pasado ni un año pero la euforia con la que Schulz alcanzó la jefatura del partido parece ahora un espejismo. Si en marzo se alzó con el 100% de los apoyos, ayer se tuvo que conformar con el 81,9% de los votos. No obstante, y a pesar de que sobre él recae el peso del fracaso electoral, su figura a partir de ahora será determinante para que Alemania –y en su impulso, el resto de Europa–, recupere la actividad política y se ponga por fin en marcha.
El camino no será fácil. El presidente de los socialdemócratas alemanes advirtió de que con las negociaciones vendrán implícitas unas condiciones firmes, en particular respecto a las reformas en Europa. «No tenemos que gobernar a cualquier precio, pero tampoco tenemos que rehusar a hacerlo», aseguró ante los 600 delegados de su formación que se reunieron ayer en Berlín. «Lo que es decisivo es que podemos imponer parte del programa electoral socialdemócrata», destacó. Schulz y su dirección han propuesto abrir conversaciones «con un final abierto» pero, tras los malos resultados electorales de septiembre, algunos sectores dentro del partido siguen en contra de reeditar la Gran Coalición y exigen que el partido se quede en la oposición. «Vamos a ver qué contenidos podemos implementar y luego hablaremos sobre la forma de gobierno», recalcó. En su opinión, el SPD debe tratar de conseguir sus principales objetivos, que van desde reforzar Europa a diseñar el futuro del empleo, pasando por la reforma de la educación, la mejora de los servicios sociales y la lucha contra el cambio climático. Europa estuvo muy presente en el congreso. Al respecto, Schulz apostó por un presupuesto común, un ministro de Finanzas para la eurozona, así como un «marco europeo» sobre salarios, y por lograr «los estados unidos de Europa para 2025». Una propuesta que paralelamente fue cuestionada por la canciller Merkel al considerar que lo prioritario es que la Unión Europea (UE) sea «operativa» y capaz de actuar en distintas áreas y no ponerse como meta modelos concretos. En una rueda de prensa junto al primer ministro libio, Fayez al Serraj, la canciller se mostró convencida de que podrá encontrar puntos de consenso con los partidos alemanes y apostó así por «superar las debilidades de origen» de la UE y por hacer a la unión económica y monetaria «impermeable a las crisis». El ex presidente del Parlamento Europeo tiene ante sí una tarea complicada, obligado a conjugar los intereses de su partido con la responsabilidad de poner fin a la crisis política sin precedentes que afronta la potencia europea, incapaz de vislumbrar un Ejecutivo dos meses y medio después de las elecciones generales. Es por ello que asimismo pidió «perdón» por su parte de responsabilidad en la «amarga derrota» del pasado 24 de septiembre, cuando el partido obtuvo el peor resultado para el Partido Socialdemócrata en unas elecciones federales desde 1949, y consideró que el proyecto de la izquierda se ha desdibujado en Alemania.
En esa línea, y a pesar que con su reelección quedó patente el apoyo de la mayor parte de su formación, hizo un llamado a la confianza de sus filas para seguir liderando el partido durante los próximos años e instó a la renovación como la «principal tarea» de la próxima dirección. A su juicio, el SPD tiene que proyectar «una nueva visión que emocione y convenza a la gente». «De nuestro estado actual no es responsable Angela Merkel, ni la Gran Coalición, ni el neoliberalismo, ni los medios, somos nosotros los responsables», añadió. Por delante, se vislumbran unas duras negociaciones con los conservadores que podrían alargarse durante meses y que, de ser exitosas, permitirían a Merkel formar su cuarto mandato. De fracasar, la canciller estaría obligada a formar un gobierno minoritario o, en el peor de los casos, a convocar nuevas elecciones, por primera vez desde que se creó la República Federal.
Según los sondeos, la repetición de los comicios sería provechoso únicamente para el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania. Esta formación logró un resultado histórico de 13% en septiembre, atomizando la composición de un Parlamento que ahora tiene dificultades para hallar una mayoría.
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