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Estados Unidos vota hoy bajo la amenaza del populismo

La demócrata Clinton aventaja a Trump por una distancia mínima en las elecciones más abiertas en décadas. La victoria del magnate supondría un cambio de paradigma

Donald Trump con una máscara de sí mismo
Donald Trump con una máscara de sí mismolarazon

Los norteamericanos votan hoy bajo la amenaza del populismo del candidato republicano, que pondría en riesgo las alianzas internacionales y la economía mundial. Las últimas encuestas dan una ventaja de entre tres y seis puntos a Hillary

«Creo que todos estaremos de acuerdo en que ha sido una larga campaña», dice Hillary Clinton con la mirada fija en el televidente, en un escorzo presidencial al que sólo le faltan las banderas que adornan el Despacho Oval, «pero mañana elegiremos a nuestro nuevo presidente, así que aquí van unas cuantas cosas en las que espero que piensen. Primero, no es mi nombre y el de mi oponente, es la clase de país que queremos para nuestros hijos y nietos. ¿Una América oscura y dividida o esperanzada e incluyente?».

El anuncio electoral, de dos minutos, fue concebido para proyectarse en el intermedio de «The Voice» y «Kevin can wait». Penúltima munición electoral para una Hillary que aventaja a Donald Trump por entre tres y seis puntos, según las encuestas de Bloomberg, Fox, CBS y NBC. Una distancia lo suficientemente pequeña como para que nadie descarte un desenlace como el de Florida en 2000, cuando la Casa Blanca se decidió por apenas 500 votos. La candidata demócrata cuenta con el apoyo hispano, que parece haberse movilizado en cifras récord; los afroamericanos, que no muestran el entusiasmo de los días de Obama, las mujeres y los jóvenes. Pero Hillary no ha sido capaz de convencer a los varones blancos de clase trabajadora, de los que un porcentaje bastante significativo sí votó por Obama en 2012, con lo que peligra la tradicional mayoría demócrata en estados decisivos como Michigan. En general, su voto es urbano, frente al gran caladero republicano del campo y los suburbios. ¿Y los varones blancos con estudios superiores? Tradicionalmente republicanos, podrían haber cambiado el sentido de su voto, repelidos por la pulsión antiintelectual que proyecta el magnate, pero nadie se atreve a asegurarlo.

Trump afrontaba las últimas horas con la agenda al borde del colapso. El lunes volaba de Scranton (Pensilvania) a Grand Rapids (Michigan) para ofrecer mítines en dos territorios clave. «Es nuestra última oportunidad para drenar el pantano», repetía haciendo bueno el lema con el que subraya una de las claves de su relato, esto es, la idea de un Washington corrupto, el pantano que sólo él, el «outsider», puede limpiar. Un clásico del populismo, nosotros contra la casta, que Trump ha aliñado con todos los ingredientes típicos del buen demagogo.

Xenofobia. Cosificación del adversario. Absoluto desprecio por la verdad. Simplificación extrema del debate político. Nacionalismo a ultranza. Ardiente defensa del proteccionismo como vacuna contra la globalización y sus fantasmas. Apelaciones a un pasado mítico y puro frente al desencanto del presente y las incertidumbres del futuro.

«Nuestros valores fundamentales están siendo examinados en estas elecciones», dice Hillary en su mensaje, pero ella misma no está libre de sombras. Los partidarios de Bernie Sanders, el ala izquierda del Partido Demócrata, la consideran un títere de las grandes corporaciones. No ayuda la fortuna que ella y su marido recaudaron en la última década, a base de ofrecer conferencias. «Deshonesta», «débil», «corrupta», «fraude» e «incompetente» son algunos de los piropos que Trump le ha dedicado.

El país en pleno hace cuentas y calcula dónde necesitan ganar sus favoritos para hacerse con la Casa Blanca. Descontados los territorios donde se asume que la victoria es suya, Trump necesita asegurar Iowa, Ohio, Arizona, Carolina del Norte y Florida, y posiblemente un Estado más entre Pensilvania, Michigan, Nuevo Hampshire, Wisconsin, Virginia y Colorado. Al menos, eso calcula Andrew Prokop en la revista «Vox». «Si pierde en uno o más de esos estados», añade, «podría compensarlo ganando en dos de los tres más disputados, Carolina del Norte, Florida y Nevada». Por el contrario Bryan Cranston, del «Independent», considera imposible el triunfo de Trump, pues «debería ganar en todos los estados donde lo hicieron previamente George W. Bush, Mitt Romney y John McCain, y además en otros donde estos no fueron capaces». Cranston enfatiza el hecho de que en EE UU el presidente no es aquel que necesariamente logra más votos en el total del país, sino aquél capaz de alcanzar o superar los 270 votos del colegio electoral, que «oscilan entre los tres de Wyoming y los 55 de California».

Las combinaciones son múltiples. Hay quien apuesta porque si Trump asegura Utah y gana Florida será el próximo presidente, pero incluso las mejores predicciones no son otra cosa que meras elucubraciones.