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Opinión

El gobierno de Petro se desmorona

La crisis en el ejecutivo colombiano se ha hecho evidente en las últimas semanas

El presidente colombiano Gustavo Petro EUROPAPRESS

El gobierno colombiano dirigido por el exguerrillero Gustavo Petro ha demostrado ser un fracaso. La evidencia se mostró en el último consejo de ministros donde la vicepresidente y otros funcionarios hicieron público su descontento por algunas decisiones del propio mandatario. Durante la sesión, el presidente Petro criticó a sus ministros por no cumplir con 146 promesas y los acusó de agendas paralelas y desobediencia. Esta situación provocó la renuncia de Jorge Enrique Rojas Rodríguez, director del Departamento Administrativo de la Presidencia, apenas seis días después de su nombramiento. Además, otros altos funcionarios expresaron su descontento, señalando tensiones internas y cuestionando decisiones presidenciales.

Petro ha designado como jefe de su despacho a Armando Benedetti. Retirado del mismo gobierno meses atrás por denuncias de corrupción en su contra, su designación ha provocado un terremoto que le podría servir al presidente de purga. En otras palabras, Petro provoca una crisis para estimular la renuncia de cuadros que ya no le son funcionales o bien, no le están siendo obedientes.

Lo ocurrido no es otra cosa que la muestra más clara de un gobierno que comete errores con una frecuencia inusual y que evidencia una falta de estrategia hacia el futuro. Por ejemplo, con respecto al problema de la guerrilla y de la inseguridad, organizaciones como el ELN y disidencias de las FARC han ampliado su control territorial y las violaciones a inocentes se han incrementado de manera significativa. Hay factores socioeconómicos, como el desempleo y la pobreza que sin duda han contribuido al aumento de la delincuencia.

Petro provoca una crisis a lo interno que le permite dar un golpe de timón para intentar construir un legado que, por ahora, resulta inexistente. Desilusión y frustración, las dos palabras que definen a su gobierno.