Extrema derecha

La clave: La movilización del electorado

Dada la mínima diferencia de votos, los comicios penalizarán al candidato que no logre arrastrar a sus votantes

La Razón
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Dada la mínima diferencia de votos, los comicios penalizarán al candidato que no logre arrastrar a sus votantes

–¿La repetición de la segunda vuelta favorecerá a los ultranacionalistas de Hofer?

–Es posible, dado el estrecho resultado entre ambos candidatos en mayo. La clave estará en la capacidad de movilización ciudadana de cada candidato. Los seguidores del ecologista puede que sientan cierto rechazo después de que el FPÖ haya provocado la convocatoria de otras elecciones, e incluso puede que lo vean como una manera de «robar la presidencia» a Van der Bellen. Los votantes de Hofer, por el contrario, pueden ver esto como una oportunidad para vengarse tras unas elecciones «manipuladas». Es más, muchos piensan que a Hofer le robaron la presidencia. Dicho esto, habrá muchos austriacos que decidan no acudir a votar, por lo que el éxito está en la movilización de los votantes.

–Si vence Hofer, ¿será un estímulo para los ultras europeos como Le Pen?

–Sí, ya que se interpretará en otros países como una victoria de los movimientos radicales. De hecho, Hofer manifestó su voluntad, después del Brexit, de hacer un referéndum similar en Austria si no se producía una reforma de la UE, convirtiéndola en una zona de libre comercio. Lo peor es que, por primera vez, una democracia europea tendría un candidato ultranacionalista, de extrema derecha, lo que podría utilizarse como ejemplo en otros países para dar legitimidad política y «normalidad» a dicha ideología.

–¿Cómo ha llegado Austria a esta situación, debatiéndose entre polos opuestos políticamente hablando?

–Su éxito es producto de la dilatada historia política de la gran coalición en Austria. Una asociación entre conservadores y socialdemócratas que ha desgastado a estos partidos. Por lo tanto, el éxito de Van der Bellen como el de Hofer responde a un voto protesta. Las elecciones presidenciales se han convertido en una forma conveniente (y no muy arriesgada) de protestar.