Política

OTAN

La desconfianza entre EE UU y la UE lastra el futuro de la OTAN

Jens Stoltenberg tratará de convencer hoy a Donald Trump del compromiso de los aliados.

Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, evaluó ayer los objetivos de la cumbre que se inicia mañana en Washington
Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, evaluó ayer los objetivos de la cumbre que se inicia mañana en Washingtonlarazon

Jens Stoltenberg tratará de convencer hoy a Donald Trump del compromiso de los aliados.

- La OTAN cumple 70 años sumida en una grave crisis de identidad que, paradójicamente, está propiciada por uno de sus principales valedores: Estados Unidos. El secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, se entrevista hoy con Donald Trump en Washington y mañana intervendrá en una sesión conjunta de las dos Cámaras del Congreso. Ningún esfuerzo es en vano si se trata de convencer al inquilino de la Casa Blanca de seguir apostando por este organismo que ha conformado el orden internacional en Occidente desde la Segunda Guerra Mundial, ante los constantes rumores de un posible abandono. El último encuentro del presidente de EE UU con sus aliados de la OTAN se produjo en la cumbre del mes de julio y no dejó precisamente un buen sabor de boca. Estuvo marcado por la tensión, ya que el mandatario estadounidense aprovechó la cita para afear a Alemania su escaso gasto en defensa, pese a su poderío económico. Desde entonces la desconfianza no ha hecho más que aumentar, aunque se intente mantener controlada. Trump reprocha a sus aliados su «tacañería» y les menosprecia con la intención de dar al Brasil de Jair Bolsonaro el mismo trato como socio militar. Al mismo tiempo, ve con desagrado que los socios europeos busquen ya cómo profundizar en su defensa común con material militar propio, lo que pondría en riesgo elevados contratos con las empresas norteamericanas.

El miércoles y jueves se celebrará una cumbre ministerial en la que la carga del gasto será uno de los temas estrella. El político noruego acude a Washington con una buena baza: poco a poco los aliados se están rascando el bolsillo y los datos provisionales muestran que 2018 fue el cuarto año consecutivo con una subida de la partida en defensa. En 2014, el porcentaje del PIB de los aliados era del 1,42% mientras que en 2018 ascendió al 1,51%. Precisamente en 2014, tras la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia, los aliados se comprometieron a que esta cifra llegase al 2% en 2024. Entonces tan solo tres países llegaban a esta meta. En 2018, siete aliados cumplían este umbral y Rumanía está muy cerca.

Pero este encuentro de la Alianza en su 70º aniversario también deberá afrontar las tensiones externas. Por eso, uno de los platos fuertes será la amenaza de Rusia y la necesidad de dar más apoyo a Georgia y Ucrania. El secretario general explicó ayer que tomarán «medidas» para mejorar el «conocimiento de la situación en el mar Negro –Moscú capturó en el estrecho de Kerch barcos y marinos ucranianos en noviembre– con más apoyo a Georgia y Ucrania» mediante la formación de fuerzas marítimas y guardacostas, visitas a puertos y ejercicios.

Además, los aliados deben ir preparando el terreno ante el abandono de EE UU el 2 de agosto del tratado de INF para la eliminación de misiles de medio y corto alcance. Al respecto, el político noruego insistió en que «Rusia sigue violando el tratado INF desarrollando y desplegando misiles SSC-8. Son difíciles de detectar, rebajan el umbral para usar armas nucleares y hace que estemos todos menos seguros».