Miami
La familia de Payá pide una investigación internacional
La familia de Oswaldo Payá coincide en la necesidad de una investigación independiente que esclarezca la muerte del histórico disidente cubano. Para sus familiares, la muerte no se debió a un accidente de tráfico fortuito y la versión oficial del Gobierno cubano «es una burda farsa». Para el hermano de Oswaldo, Carlos Payá, que reside en Madrid, quedan muchos interrogantes sin contestar y hay demasiadas versiones contradictorias. «Es muy doloroso recordar esto, pero fue muy difícil indentificar el cadáver de mi hermano por lo mal y magullado que se encontraba, mientras que los que le vistieron cuentan todo lo contrario». Por eso, «es más necesario que nunca una investigación independiente, no que la hagamos nosotros». Y es que los familiares de Payá han buscado respuestas desde aquel trágico 22 de julio de 2012 y cada vez son más los testimonios que acompañan su versión. Ha pasado más de un año desde su fallecimiento y todavía no tienen la autopsia de Oswaldo, reconoce Carlos a LA RAZÓN. Su sobrina e hija del opositor al régimen de los Castro, Rosa María, explica que normalmente en Cuba el informe forense se otorga al mes de la muerte. Su madre incluso fue a pedirlo formalmente a Bayamo, a pocos kilómetros del lugar del accidente, pero sin suerte. En el vehículo iba al volante el español Ángel Carromero, de copiloto, el sueco Jens Aron Modig y detrás Oswaldo Payá y el activista cubano Harold Cepero. Los dos disidentes del Movimiento Cristiano de Liberación murieron mientras que Carromero y Modig resultaron ilesos. La Justicia cubana culpó al joven español de 28 años de un doble homicidio involuntario por exceso de velocidad. Sin embargo, la versión se desmonta rápidamente, pues en el accidente estuvo involucrado otro vehículo, «que los embistió por detrás». Tampoco murieron en el momento, como señaló la Fiscalía cubana, pues Carromero y otros testigos los vieron con vida.
«Tras la negación de la versión oficial por parte del principal testigo, Carromero, el siguiente paso es una investigación independiente», manifiesta a este periódico Rosa María Payá desde Miami. La hija de Oswaldo recuerda que su padre tenía la nacionalidad española y, por tanto, también es europeo. «Agradecemos mucho las muestras de cariño constantes y poco ordenadas, pero nos falta un pronunciamiento oficial del Parlamento Europeo y del Gobierno de España». Obviamente, ella sabe que tras la entrevista que concedió Carromero a un medio español, su versión gana fuerza. «Sabemos que es difícil que indulten a Ángel porque sería reconocer el probable asesinato de mi padre. Pero ya es hora de que se produzca una investigación internacional». La hija de Payá asevera que el Parlamento Europeo concedió un premio Sajarov a Oswaldo y que entiende que los esfuerzos del Gobierno español se centraran en que Carromero volviera sano y salvo a suelo español, pero «los hechos son más que suficientes y ante la muerte de un ciudadano europeo ni Bruselas ni Madrid se pueden quedar callados».
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