Unión Europea
La integración europea y el nuevo alcalde de Londres
Mientras en muchas capitales de la Unión se celebraba el Día de Europa, en conmemoración con el Plan Schuman realizado en colaboración con Jean Monnet, que se presentó el 9 de mayo de 1950, los ciudadanos británicos se encontraban discutiendo sobre su próximo referéndum para pronunciarse si abandonan la Unión, el Brexit, convocado para el 23 de junio. El mismo día que los comunitarios conmemoran el aniversario del nacimiento de la idea integradora, en el otro extremo del continente se festeja el fin de la II Guerra Mundial en Europa y la victoria de la Unión Soviética sobre la Alemania Nazi. Y, en este año, España también conmemora el 40º aniversario de su adhesión a la Unión.
Lo que nadie esperaba es que esta cuestión saltara las fronteras no sólo del Reino Unido sino de la propia Unión y derivara en un asunto internacional. Con motivo de la asistencia del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a la celebración del 90º aniversario de la Reina Isabel II, en el mes de abril, el mandatario norteamericano señaló a los partidarios del Brexit que están equivocados si creen que el Reino Unido será más fuerte fuera de la Unión. Además, subrayó que el país necesitaría más de diez años para renegociar los acuerdos comerciales que existen entre Estados Unidos y la Unión Europea. Por su parte, el candidato republicano a las elecciones presidenciales de noviembre, Donald Trump, ha mostrado su apoyo a los partidarios de la salida del Reino Unido de la UE y ha declarado que el país estaría mejor fuera de la Unión.
Pero el escenario más significativo donde se ha librado esta batalla, entre los partidarios de la salida del Reino Unido y los que apoyan su permanencia, ha sido en las recientes elecciones para la alcaldía de Londres, que se la disputaban el abogado laborista de clase humilde y origen paquistaní, Sadiq Kham, y el hombre de negocios millonario, de origen judío Zac Goldsmith. Lo que parecía una batalla sencilla se transformó en la reproducción de la historia de David contra Goliat. La formación elitista recibida en Eton no pudo contra el 57% de los votos obtenidos por el defensor de los Derechos humanos de 45 años que, en su campaña, arremetió contra los problemas sociales y económicos que sufre gran parte de los habitantes de la urbe londinense, donde figuran censados más de 40.000 millonarios.
Esta batalla municipal para obtener el nombramiento de “mayor” de Londres no hubiera salido del anecdotario si no fuera porque el laborista Sadiq Kham es un firme partidario de la permanencia del Reino Unido en la UE y Zac Goldsmith, como su antecesor Boris Johnson, haya hecho campaña por el BREXIT, contra la postura del primer ministro David Cameron. Creo que de este episodio casi épico hay que extraer importantes conclusiones para el futuro de la Unión Europea.
La integración europea es la obra de grandes estadistas de la post guerra a quienes no se les ha rendido el necesario tributo, relegando a los expertos su conocimiento y permaneciendo alejados del conocimiento de las futuras generaciones de europeos. En todas las aulas de los centros educativos europeos deberían resonar los nombres de Robert Schuman, Jean Monnet, Johan Willem Beyen, Honrad Adenauer, Alcide De Gasperi, Walter Hallstein, Sicco Mansholt, Joseph Bech, Paul-Henri Spaak, Altiero Spinelli pero también del premier británico Sir Winston Churchill a pesar de sus veleidades con su sueño de la Commonwealth de naciones anglosajonas. Y no hay que olvidar al más gran estadista del último tercio del siglo XX: Jacques Delors que, con sus iniciativas, hizo posible el deshielo Este-Oeste y el fin de la “guerra fría” en Europa.
La Unión Europea es lo mejor que ha podido suceder a nuestro continente y es la garantía de la paz, la concordia, la unidad y el progreso de Europa. Con sus errores y sus crisis, la UE es una obra común de todos los europeos y la salida de uno sólo de sus miembros constituirá un gran fracaso para todos. Debemos aprender la lección del nuevo “mayor” de Londres que, huyendo de los populismos, ha ganado la confianza de sus conciudadanos con un programa de compromisos sociales e independiente de las creencias, lo que constituye también la base de la integración europea.
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