Política

Nueva York

La lucha antiterrorista «justifica» el control de millones de teléfonos

Washington se defiende de las críticas tras desvelarse que espía las llamadas de Verizon

El presidente Barack Obama habla por teléfono en el Despacho Oval
El presidente Barack Obama habla por teléfono en el Despacho Ovallarazon

La Agencia de Seguridad Nacional recoge desde abril los registros telefónicos de millones de clientes de una de las mayores compañías de teléfonos en EE UU, Verizon, según publica el diario británico «The Guardian». Una copia de la orden judicial, que obliga a esta empresa de telefonía a facilitar esta información al Gobierno, demuestra que la Administración Obama ha recopilado estos datos de los usuarios de forma indiscriminada sin tener en cuenta si los individuos pueden ser o no sospechosos de algún delito. No es la primera vez que el Gobierno lleva a cabo estas iniciativas, pero destaca la naturaleza ilimitada del programa, que incluye recopilación de información diaria. Por lo general, este tipo de órdenes judiciales se ha conseguido para investigar a un sospechoso de terrorismo en concreto, un grupo o un Estado. La orden judicial no incluye el contenido de mensajes o información personal del titular de los números de teléfono, pero sí permite a la Agencia Nacional de Seguridad saben a quién se ha realizado la llamado, cómo, cuándo y casi con toda seguridad a dónde.

Ante la controversia suscitada ayer, el presidente de Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Mike Rogers, indicó que el programa de la Agencia de Seguridad Nacional «ha ayudado a frenar un ataque terrorista en los últimos años. Lo sabemos. Es importante. Así, es [por el programa] algo muy valioso», recordó el republicano, que evitó proporcionar más detalles sobre esta iniciativa que tiene el sello de «alto secreto».

La orden judicial obliga a la compañía telefónica a proporcionar los números de teléfono, la duración de la llamada y la hora a la que se realizó cada conexión. Sin embargo, no incluye el contenido de la llamada. De esta forma, se recupera el debate en EE UU sobre hasta dónde debe llegar el Gobierno para proteger a los estadounidenses en detrimento de sus derechos civiles. Esta práctica es legal, ya que está amparada por la Ley Patriótica (Patriot Act, en inglés), aprobada después del 11 de septiembre de 2001 durante la Administración Bush. Aún así, ha sido muy criticada por las asociaciones de derechos civiles. En cambio, ha sido ampliamente apoyada por el Congreso. Precisamente, la información de «The Guardian» está elaborada por el estadounidense Glenn Greenwald, que tiene un largo historial en contra de este tipo de prácticas. Escribió en contra del ex presidente George W. Bush por sus políticas de vigilancia tras los ataques contra las Torres Gemelas y ha criticado al presidente Barack Obama por infringir las libertades civiles.

«Desde el punto de vista de las libertades civiles, el programa no podría ser más alarmante. Es un programa en el cual un número indeterminado de personas inocentes ha estado bajo vigilancia constante por agentes del gobierno. Va más allá de Orwell», criticó el subdirector de la Unión de Libertades Civiles Americanas, Jameel Jaffer, en referencia al escritor británico crítico con las prácticas totalitarias. Ya en 2006 el periódico USA Today dio cuenta de que la Agencia de Seguridad Nacional tiene una base de datos con información de teléfonos móviles de las compañías Verizon, AT&T y BellSouth. Este mismo programa se lanzó dentro de una iniciativa para aumentar la seguridad y la vigilancia tras los atentados contra las Torres Gemelas.

La casa blanca no tiene secretos para la Prensa

Durante la mañana de ayer, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, se preparó la justificación a los periodistas de que la Administración Obama haya pedido los números de teléfono de los estadounidenses a Verizon. Se trató de una campaña más de relaciones públicas. Sobre todo porque esta práctica es legal. Aun así, lo que sí es ilegal es informar a los clientes o cualquier otra persona de este programa secreto del Gobierno. Esto ampara al Departamento de Justicia a llevar a cabo otra investigación sobre las filtraciones a los periodistas similar a la que condujo al escándalo hace semanas de Ap. Barack Obama todavía no ha puesto en orden su casa. Este nuevo soplo al columnista de «The Guardian» se añade a la lista de filtraciones a la Prensa de su Administración, que tiene el récord de todos los gobiernos juntos de EE UU. Todo a pesar de que en 2008 Obama destacó la necesidad de una Prensa sólida. Ya en la Casa Blanca, sus funcionarios reconocieron desde el principio la importancia de hacer de su administración la más transparente. Pero cuando se ha tratado de abordar soplos, el presidente no ha sido nada tolerante.