Papel
La papeleta de Daesh
La campaña ha quedado marcada por el brutal atentado como en Madrid o en Francia pero no debe torcer voluntades
Aunque con anterioridad ha habido otros ataques terroristas de este estilo en Reino Unido, el atentado de la noche del lunes presenta la singularidad de que es el primero que ha ocurrido durante la campaña de unas elecciones generales.
Aunque con anterioridad ha habido otros ataques terroristas de este estilo en Reino Unido, el atentado de la noche del lunes presenta la singularidad de que es el primero que ha ocurrido durante la campaña de unas elecciones generales. En este sentido, mantiene un patrón establecido por los yihadistas en España, con los atentados de los trenes de Madrid en la recta final de la campaña de 2004 y en Francia, en la de 2012. De momento ya ha tenido el efecto de parar temporalmente la campaña como señal de respeto de los partidos hacia los muertos y heridos. Es incluso posible que marque un antes y un después en el tono de estas elecciones, que hasta ahora había sido agrio y lleno de ataques personales entre los rivales. Sin embargo, es improbable que veamos un cambio de discurso en el debate sobre el terrorismo o de las posiciones políticas de los dos principales partidos británicos.
El ataque ha creado una nauseabunda sensación de repulsa en la sociedad y en las autoridades británicas ante la innecesaria pérdida de vidas. La debilidad de las víctimas inocentes que tenía el terrorista como objetivo ha trastornado el país. Pero en cuanto pase algo la intensidad de este dolor, también será importante considerar si se puede hacer algo más para prevenir atrocidades como ésta.
Ahora mismo el nivel de la amenaza terrorista en Reino Unido es el denominado «severo», lo cual significa que un ataque es «altamente probable». Es más, las estadísticas dicen que de media la Policía británica aborta un complot o una tentativa terrorista cada día. Como se puede deducir, con este altísimo nivel de actividad se presenta como una triste realidad el considerar que los ataques son prácticamente inevitables. Hay en el país más de 400 yihadistas que han regresado de Irak y Siria. Ello, añadido a los esfuerzos de los líderes del Daesh para radicalizar a jóvenes extremistas británicos a través de internet, hace pensar que Reino Unido tendrá que plantar cara a un largo y difícil trabajo de prevención e interrupción de la amenaza terrorista.
Con el alto nivel de actividad terrorista existente es necesario también hacerse preguntas paralelas respecto a si se está haciendo lo suficiente por parte de las autoridades para proveer de recursos a la Policía y a las agencias de Inteligencia para hacer frente al considerable reto que tienen por delante. No sólo tienen que vigilar a cientos de potenciales terroristas, también han de educar e informar a los ciudadanos y a los familiares de los individuos en riesgo de radicalización sobre cómo identificar a estos sujetos extremistas y aislados. Asimismo hay que hacer más para promover la tolerancia hacia y dentro de estas comunidades en las que el odio consigue expandirse con tanta facilidad. Únicamente se podrá combatir las causas del terrorismo yihadista en nuestra sociedad si se hace un esfuerzo para entender y combatir la retorcida ideología que lo inspira. Mientras que se permita que este odio crezca sin ningún tipo de oposición nunca estaremos a salvo de las atrocidades y todos seremos víctimas, en un cierto sentido, no sólo de los atentados, sino también de las divisiones que fomentan la ira.
* Profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Birmingham
✕
Accede a tu cuenta para comentar