La Policía danesa localiza en el fondo del Báltico la cabeza y las piernas de Kim Wall

Los forenses certifican que la cabeza no tiene fracturas ni golpes, lo que desmonta la versión del accidente que dice su asesino.

Lo primero que los forenses han podido confirmar, tras el hallazgo de la cabeza y las piernas de Kim Wall, es que la periodista sueca que asesinó Peter Madsen, el ingeniero y constructor del submarino «EC3 Nautilus», no murió a consecuencia de un golpe en la cabeza.

«No existe ningún signo de fractura craneal ni tampoco hay signos de violencia en la cabeza» dijo portavoz de la policía danesa Jens Møller-Jensen.

Este hecho desmonta la versión de Madsen que afirmaba que la periodista murió accidentalmente al caerle encima de la cabeza la tapa de 70 kilos de la escotilla, cuando ella subía desde el interior a la torreta de mando del submarino.

Un minucioso rastreo por el fondo del mar.

«Primero encontramos una pierna, poco después la otra y cerca una bolsa lastrada con plomo que contenía la cabeza. No muy lejos encontramos también otra bolsa con lastres metálicos que contenía la ropa y zapatos de la victima, además de un cuchillo».

Con estas palabras el portavoz de la policía danesa Jens Møller-Jensen explicaba lo sucedido el viernes en las aguas de la bahía de Køge, al sur de Copenhague, a los medios de todo el mundo, entre los que estaba LA RAZÓN como único español, en una rueda de Prensa celebrada el sábado por la mañana.

Buzos de la Policía y de la Armada danesa rastrearon durante dos días esta zona de aguas bajas y frías del Báltico oriental, luagres donde podrían encontrarse los restos del cuerpo descuartizado de la joven, porque saben que allí estuvo sumergido el submarino durante unas horas.

El portavoz policial Jens Møller-Jensen dijo también que la autopsia de la cabeza y piernas halladas fue realizada durante la noche del viernes al sábado y que los restos hallados fueron identificados como de Kim Wall por su dentadura.

El torso de la joven confirmó su muerte

El pasado 21 de agosto fue cuando apareció en la costa en las afueras de Copenhague el torso de Kim Wall, que había sido acuchillando hasta 14 veces según la autopsia, y lastrado para que no flotara, tras casi dos semanas desparecida después que el 10 de agosto subiera a bordo del submarino de Madsen para hacer un reportaje.

El hallazgo de la cabeza y las piernas no cierra la investigación que continúa porque los brazos no han sido encontrados. Mientras tanto los especialistas trabaja para poder conseguir muestras de ADN de la ropa y del cuchillo encontrados en una de las bolsas.

Primero utilizaran el llamado «DNA-skab» (armario de ADN), un cajón hermético donde el calor secará las ropas y muestras sin que se pierdan los restos biológicos que pudieran contener y que servirán de prueba en el juicio.

Aunque Peter Madsen hizo todo los posible para eliminar todas las pruebas del crimen, hasta llegó a hundir el submarino porque el agua del mar limpiaría todo a fondo, no contó que las frías aguas del Báltico y su bajo contenido de oxígeno han ayudado a conservar y en parte evitar la descomposición de los restos biológicos de Wall como son la cabeza y las piernas halladas.

Rumores y especulaciones de los medios

El llamado «crimen del submarino» llama la atención de los medios de todo el mundo por su morbosidad y también por el hecho que se trata de una mujer descuartizada.

Sin embrago, el silencio de las autoridades con las investigaciones, debido al secreto del sumario, ha desatado todo tipo de rumores. Por ejemplo, es mentira que hubiera una tercera persona implicada a bordo del submarino, como decía un medio sueco y que todos los demás copiaron. Un hecho que la propia policía ha confirmado como falso.

También son rumores infundados los aparecidos medios sensacionalistas como el hallazgo de un ordenador, que han adjudicado a Madsen, que contiene vídeos de muertes reales y violentas de mujeres. El acusado ha negado que el aparato sea de su propiedad y la Policía no ha dado explicación alguna ni siquiera han comentado su existencia.