Elecciones en Estados Unidos
La reválida, en New Hampshire
Los aspirantes buscan consolidar sus expectativas el próximo martes en unas elecciones abiertas y sin el peso del voto religiosoya que son elecciones abiertas
Los aspirantes buscan consolidar sus expectativas el próximo martes en unas elecciones abiertas y sin el peso del voto religiosoya que son elecciones abiertas
En plena resaca por los sorprendente resultados de Iowa, los candidatos de ambos partidos se subieron ayer a sus aviones rumbo a New Hampshire, donde se celebran primarias el próximo martes. Después, los republicanos irán a Carolina del Sur y los demócratas, a Nevada. Donald Trump, el perdedor, comenzó el día cargando contra los medios: «No han cubierto de manera justa mi gran final en Iowa. Conseguí atraer a un número de votantes récord y fui el segundo con más votos en la historia».
El equipo de Ted Cruz, el flamante ganador de Iowa, empezó a cortejar a los votantes del candidato republicano Ben Carson, quien, después de su tímida actuación en Iowa, ha decidido tomarse un descanso en New Hampshire. Los votantes de esta región suelen decidir su voto en el último momento, lo que añadirá suspense a la carrera por la nominación. Al igual que en Iowa, aquí hay muy pocos ciudadanos latinos y afroamericanos. Otro elemento de cambio con respecto a Iowa es que los vecinos de New Hampshire no muestran creencias religiosas tan profundas, por lo que el mensaje de Cruz tendrá más dificultades de calar.
Al margen de cualquier premisa, la maquinaria electoral ya está en marcha y la campaña llenará la television y la radio con anuncios de los principales candidatos, mientras los voluntarios están forrando las ciudades con carteles y pegatinas de sus jefes.
Entre los demócratas, es previsible que la campaña del izquierdista Bernie Sanders funcione mejor entre el electorado, puesto que es muy conocido en New Hampshire, vecino de Vermont, donde Sanders ha desarrollado su carrera como senador. Los habitantes de esta zona de Nueva Inglaterra, una región del noreste, han votado en las tres últimas elecciones demócrata, pero en el año 2000 ganó Bush. Son moderados en asuntos sociales y liberales en materia económica. Además, el sistema electoral permite una mayor participación de los votantes independientes, ya que no hace falta estar inscrito para poder votar, como sí sucede en Iowa. Es, por tanto, más razonable pensar que los candidatos moderados –los representantes del «establishment»– dispondrán de más oportunidades de ganar, al menos en el Partido Republicano. Por eso, estos días veremos a Marco Rubio –cuya tercera posición sabe a victoria– intentar demostrar que es el hombre en el que los grandes prebostes del partido pueden confiar.
Hillary Clinton tendrá que pelear duro, ya que su «coronación» se ha visto obstaculizada por el empuje de Sanders. Según la encuesta de UMass Lowell y 7News, el socialista la aventaja en 33 puntos. Entre los republicanos, Trump se queda con el 38%, Cruz con el 14%, Rubio con el 10% y Bush con el 9%.
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