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La UE lanza su ofensiva militar contra las mafias

La jefa de la diplomacia comunitaria, Federica Mogherini con el secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg
La jefa de la diplomacia comunitaria, Federica Mogherini con el secretario general de la OTAN Jens Stoltenberglarazon

Los ministros de Exteriores y Defensa de la UE dieron ayer luz verde a establecer una misión naval para combatir las mafias que transportan ilegalmente a migrantes en el Mediterráneo y que abre la puerta a destruir las embarcaciones en aguas territoriales de los países de partida.

Los ministros de Defensa y de Exteriores de los Veintiocho dieron ayer un paso más para dar forma a la operación civil-militar que la Unión Europea quiere poner en marcha para luchar contra las mafias y combatir la inmigración ilegal. Acordaron dar luz verde a la misión naval, siempre que cuente con el marco legal necesario, aún por concretar, que debe llegar a través de una resolución del Consejo de Naciones Unidas. Su aprobación final se prevé para la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que tendrá lugar en junio en Bruselas. La operación militar, denominada «EUNavfor Med», tiene como objetivo inutilizar los barcos de las mafias para frenar el tráfico de personas. Su planteamiento está dividido en tres fases, y hasta contar con el visto bueno de Naciones Unidas, tan sólo se podrán implementar las dos primeras.

Para la primera etapa, la operación establecerá una valoración de la situación, apoyando la detección y el control de las redes de migración. Para ello, los Estados miembros se comprometen a realizar mayores esfuerzos en materia de recogida e intercambio de información de acuerdo con la legislación internacional. En una segunda fase, se pasará a la captura y el abordaje de navíos. «Se procederá al abordaje, inspección, incautación y desvío en alta mar de embarcaciones sospechosas de ser utilizadas para el tráfico de personas y el contrabando de acuerdo con el Derecho Internacional», señalan las conclusiones aprobadas por los ministros. Tan sólo en el caso de que la captura se produjese en aguas territoriales o aguas internas de Libia, sería necesaria la resolución del Consejo de la ONU o el consentimiento del Gobierno libio.

En tercer lugar, la misión plantea la neutralización de navíos y de las instalaciones en aguas exteriores e interiores o en territorio de Libia. En este punto es imprescindible el visto bueno de Naciones Unidas. No se ha concretado la forma en la que se acabará con las embarcaciones, a falta de conocer la resolución. «En el supuesto de que no hubiese resolución del Consejo de la ONU, si fuese vetada por alguno de los países, bastaría para cumplir los requisitos de legalidad internacional una solicitud expresa de intervención por parte de las autoridades libias legítimas», explicaba el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, al finalizar la reunión.

Sin embargo, todo apunta a que la ONU habría formalizado la petición de la Comisión en el mes de junio, tal y como señaló en rueda de prensa la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini. La Alta Representante aseguraba que la operación estará lista para ponerse en práctica «ya en semanas, en el próximo mes». La italiana alababa el trabajo de todos los equipos que han hecho posible «tomar la decisión en menos de un mes». Los líderes pidieron a finales de abril al Servicio de Acción Exterior de la Unión Europea la búsqueda del marco legal para poder establecer esta misión naval. «Ha sido todo un récord en términos de tiempo. Tengo que agradecer la cooperación para trabajar juntos a todos los Estados miembros y la coordinación con Nueva York, lo que significa que cuando se tiene la voluntad política de actuar en conjunto se puede. Si hay voluntad de trabajar en equipo, como europeos, se puede», señalaba en rueda de prensa Mogherini.

Tiempo récord

Bruselas acogía ayer un Consejo en el que participaron no sólo los ministros europeos de Exteriores y Defensa, sino también el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien respaldó el despliegue de la misión militar y ofreció la asistencia de la Alianza Transatlántica si la Unón Europea así lo solicita.

Sobre la cuestión del nuevo reparto de refugiados, Mogherini recordó que se trata de un tema de competencia de los ministros de Interior y, por lo tanto, este tema «habría sido raro tratarlo» con los titulares de Exteriores y Defensa. «Fue objeto de debate dentro del colegio la semana pasada y se debatirá dentro de unas semanas en el Consejo Europeo de Interior», tras insistir en que la nueva Agenda de la Inmigración no establece una política de «puertas abiertas». «Los líderes decidieron en abril que se repartiera mejor la responsabilidad interna. Invitaron a la Comisión Europea a que hiciera una propuesta y debo decirles que con nuestros interlocutores sociales como Acnur, la ONU o los países de la Unión Africana, esta propuesta da mayor credibilidad a la Unión Europea, entre otras cosas porque hablamos de países como Jordania o Líbano, que acogen grandes cantidades de refugiados con un PIB menor que el europeo», explicaba Mogherini.