Crisis política en Italia

Letta: «La era Berlusconi acabó»

El primer ministro italiano, Enrico Letta
El primer ministro italiano, Enrico Lettalarazon

Cuatro días después de superar con éxito la enésima crisis política italiana, Enrico Letta da por terminado el «berlusconismo». «Creo que se ha cerrado una era», aseguró ayer el primer ministro en una entrevista a la cadena Sky Tg24. «Pienso que el miércoles se cerraron 20 años de un modo político. Con un enfrentamiento político muy fuerte, Berlusconi pidió e intentó hacer caer al Gobierno, pero no lo consiguió, porque el Parlamento está en sintonía con el país», aseguró. Letta explicó que decidió someter a su Gobierno a la confianza del Parlamento porque no estaba dispuesto a gobernar a cualquier precio. «Yo miraba los sondeos y lo que pensaba la opinión pública. Ésta quería que continuase el Gobierno. Asumí un riesgo, porque no busqué mediaciones. Fui al Parlamento y dije: «Yo quiero continuar de este modo. Si hay condiciones para seguir como hasta ahora, prefiero terminar aquí, e irme a casa», reconoció tras asegura que el país «pasó página definitivamente».

El primer ministro italiano no ocultó su admiración por el secretario general del Pueblo de la Libertad y viceprimer ministro, Angelino Alfano, quien, pese a los deseos iniciales de «Il Cavaliere», se convirtió en su inesperado aliado al pedir el voto a favor del Ejecutivo. «Alfano asumió un liderazgo muy fuerte y muy marcado: fue desafiado y ganó la partida», comentó Letta.

Mientras, Berlusconi ha sido víctima de sus propias intrigas políticas. Ante la rebelión de los suyos, el miércoles se vio obligado a desdecirse y apoyar a Letta y el viernes la comisión del Senado aprobó su expulsión de la Cámara Alta en virtud de su condición de condenado a cuatro años de cárcel, reducidos a uno por ser mayor de 70. Precisamente, su abogado, Franco Coppi, anunció ayer que «Il Cavaliere» eludirá el arresto domiciliario con la realización de servicios sociales.

Pero aquí no acaba el «via crucis» judicial que le espera al magnate italiano, que durante los próximos meses se enfrenta a cuatro casos judiciales y dos civiles. Tras salir indemne cada vez que se sentó en el banquillo, la suerte de Berlusconi empezó a cambiar cuando dejó el Gobierno en 2011 y perdió su inmunidad. En marzo, fue condenado a un año de cárcel por el «caso Unipol» (la publicación de escuchas ilegales), que sus abogados recurrieron. En agosto, sin embargo, llegó su primera condena en firme por fraude fiscal por el «caso Miediaset». Pendiente de recurso, también permanece el «caso Ruby», por el que en julio el Supremo le condenó a siete años y la inhabilitación política definitiva por abuso de poder e incitación a la prostitución.

Finalmente, el 27 de junio, el tres veces primer ministro se sentará en el banquillo por el «caso Mondadori-Fininvest», en el que se le acusa de adjudicarse la editorial Mondadori tras sobornar a un juez, y por la compra de un senador para hacer caer al Gobierno de Prodi en 2007. Este horizonte judicial hipoteca cualquier posibilidad de que Berlusconi pueda volver al primer plano político, en el que desembarcó en 1993, precisamente, para eludir, a la Justicia. Una vez que el Pleno del Senado le retire su acta de senador, ni siquiera contará con una tribuna parlamentaria. Sólo un eventual indulto presidencial podría proporcionarle una salida digna.