Elecciones en Alemania
Los partidos alemanes cortejan a tres millones de nuevos votantes
Los sondeos detectan escasa movilización entre los jóvenes alemanes que se estrenan en las urnas. Más de la mitad apoyará a Merkel.
Los sondeos detectan escasa movilización entre los jóvenes alemanes que se estrenan en las urnas. Más de la mitad apoyará a Merkel.
Decenas de carteles electorales se amontonan en los postes de las farolas que flanquean la fachada del centro de educación secundaria Marcel Brauer de Berlín. Justo enfrente, en unas improvisadas vallas, cuelgan ahora los rostros de los candidatos a la Cancillería. Es la hora del descanso y varios grupos de jóvenes se desperdigan junto a la entrada del instituto. En perspectiva, todos ellos forman una amalgama que se descompone en una paleta de pelos de todos los colores, vestimentas de todo tipo y un calzado cuya variedad sólo discurre entre las botas de cuero y las zapatillas de deporte.
Como punto en común, el móvil que cada uno de ellos lleva en su mano o que, a estas alturas, ninguno de ellos repara en los mensajes o miradas que les observan desde las vallas o a lo alto de las farolas. No obstante, esos carteles no están ahí de forma fortuita. Desde las últimas elecciones federales, tres millones de alemanes han alcanzado la mayoría de edad y, por primera vez, están llamados este domingo a ir a las urnas. Un segmento que apenas conforma el 4% del electorado germano, pero que no ha pasado desapercibido para ningún partido. En el punto de mira de los políticos, unos jóvenes que crecieron con Angela Merkel como canciller y que apenas pueden recordar a sus predecesores.
Después de todo, eran sólo unos niños cuando la líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU) llegó al poder en 2005. ¿Afectará esto a su elección? Según un sondeo de Forsa para la televisión RTL y para la revista «Stern», el 57% de los jóvenes que irá por primera vez a votar, los que tienen entre 18 y 21 años, se decantará a favor de la CDU. Sólo el 21% lo hará por el líder del Partido Socialdemócrata (SPD), Martin Schulz, y apenas un 7% elegirá a La Izquierda.
Con 18 años recién cumplidos, Nicolas Wulff lo tiene claro: dará su voto a la CDU. «La canciller lo ha hecho bastante bien –asegura a LA RAZÓN–, y votaré a su partido porque creo que Merkel es la mejor persona que puede frenar el ascenso de los populismos en Europa». A pocos metros de él, Nina –una estudiante de 20 años– escucha a su compañero y añade que, «aunque Merkel no ha cumplido con todo aquello que prometió en su programa, sí lo ha hecho con los temas más importantes, como las ayudas a las familias con hijos o con las becas escolares».
Sin embargo, no todos piensan como ellos. Nele, de 18 años, tiene por seguro que se decantará por el partido de Los Verdes. «Son los únicos que realmente tienen un programa a favor del medio ambiente o que pueden hacer algo para frenar el aumento de los alquileres», comenta. Sentados junto a ella, el resto de sus amigos opina lo mismo. «Los Verdes son los únicos que tienen un programa puramente social», añade Alicia, que el domingo también participará en sus primeras elecciones. Sobre la extrema derecha, Nele asegura que «ni yo ni ninguno de mis amigos conoce a alguien que quiera votar a AfD. O si supiera de alguien, por supuesto que no sería mi amigo».
Los políticos saben la importancia de estos votantes. El electorado llamado por primera vez a las urnas se caracteriza, según algunos analistas, no sólo por la baja participación, sino también por una enorme disposición a cambiar. No obstante, a pesar de esta tendencia existe también el supuesto de que un gran porcentaje de los jóvenes permanecerán leales en el futuro a su primera decisión electoral.
No es de extrañar que, por este motivo y durante la campaña, se haya visto a Merkel participar en entrevistas moderadas por jóvenes blogueros o a Schulz protagonizando distintos «memes» que circularon por las redes sociales. Es más, todos los partidos llevan en sus listas a jóvenes representantes en un intento de movilizar a este sector de la población. Es el caso de Johannes Steiniger que, con 30 años, concurre a las elecciones de la mano de la CDU, o de Markus Dürr, de 23 años, en la lista de los liberales.
Un esfuerzo que, sin embargo, y, como apuntan algunas encuestas, no evitará que muchos jóvenes se queden en casa durante la jornada electoral. Según un estudio de Infratest, cuatro de cada diez jóvenes llamados por primera vez a las urnas no votarán, ya sea por desinterés o por simple hartazgo de la clase política. Una circunstancia que ha llamado la atención de AfD, que ha doblado sus esfuerzos a través de las redes sociales para ganarse la vulnerabilidad y apatía de un sector que podría ser clave.
Los ultras proponen expulsar a los extranjeros condenados y prohibir los minaretes
La llegada a Alemania de más de un millón de refugiados en 2015, fue el detonante que impulsó a Alternativa para Alemania (AfD) hasta su actual 12 por ciento en estimación de voto. Una circunstancia que ha sido utilizada hasta la saciedad por esta formación populista y que, a cinco días de las elecciones, sigue siendo uno de los reclamos de su campaña. “El islam no es conciliable con el Estado de derecho” aseguró ayer el candidato de AfD, Alexander Gauland, durante un acto de campaña en el que propuso expulsar a los extranjeros condenados, acabar con minaretes y cátedras de islam o rebajar la edad penal a los 12 años. “La propagación del islam en Europa y la islamización creciente de Alemania son un desafío para el Estado, el orden social, la identidad cultural y la paz en nuestro país", añadió. Por su parte, la otra candidata de los ultraderechistas, Alice Weidel, denunció que “la seguridad interna ha sido erosionada como consecuencia directa de la política de las fronteras abiertas”. A su juicio, la “aceleración de la actual espiral de violencia” criminal está directamente ligada al aumento de “peticionarios de asilo sospechosos de cometer delitos”. Tanto Gauland como Weidel, se mostraron a favor de encarcelar a extranjeros que cometan delitos en otros países, eliminar totalmente el velo integral o hacer más difícil obtener la ciudadanía y más fácil el perderla. Un mensaje que ha calado fuerte entre el electorado alemán y que, según los sondeos, podría llevar a esta formación a ser la tercera fuerza política más votada.
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