Terrorismo yihadista
Los terroristas de Baviera recibieron las órdenes desde Arabia Saudí
Los temores que sitúan a Alemania como objetivo de la organización terrorista Estado Islámico (EI) se confirman al hilo de las investigaciones de los atentados de julio. Los autores de los dos asaltos, cometidos en Wurzburgo y Ansbach, estaban en contacto con representantes del grupo terrorista en Arabia Saudí, quienes les habrían encomendado cometer los actos. Según publicó ayer el diario «Der Spiegel», en los teléfonos de los autores se han descubierto mensajes y llamadas a números árabes, así como vídeos en los que juraban fidelidad al EI y prometían «venganza para los hermanos» musulmanes caídos en Siria o Afganistán, lugares de origen de los atacantes.
El primer acto tuvo lugar el pasado 18 de julio en Wurzburgo (Baviera), donde un adolescente afgano identificado como Riaz Khan Ahmadzai atacó con un hacha a cinco personas a bordo de un tren regional. Según el diario, sus contactos del EI le habían pedido llevar a cabo un atropello a gran escala, posiblemente similar al que tuvo lugar en el Paseo de los Ingleses de Niza el pasado 14 de julio, pero al no contar aún con permiso de conducir, él mismo tuvo la iniciativa de atacar con arma blanca. La conversación entre ambos se cerraba con una demoledora frase: «Nos veremos en el paraíso». Después del ataque, la Policía abatió al asaltante, que había estado residiendo con una familia de acogida alemana.
Sólo seis días más tarde, el 24 de julio, Alemania era azotada por un nuevo atentado, uno de los que más preocupación han causado a nivel nacional, especialmente tras saber que podría haber tenido consecuencias de enorme gravedad. Un refugiado sirio con tendencias suicidas llamado Mohamed Daleel hizo explotar una bomba de clavos frente a la puerta de un festival de música, dejando quince heridos y acabando con su vida. Todo indica que tenía orden del EI de introducirse en el recinto para hacer detonar el artefacto explosivo de una forma remota, en lugar de pretender suicidarse. Como no había adquirido entrada, los agentes de seguridad del festival le impidieron el acceso y la bomba, que probablemente explotó de forma accidental, acabó con su vida. Las conversaciones con su contacto en Arabia Saudí, según las fuentes de «Der Spiegel», reflejan que había programado cometer otros atentados en suelo alemán. También que el grupo terrorista le había pedido que enviase las imágenes de la explosión.
De acuerdo a informaciones difundidas por el grupo yihadista, Daleel luchaba en las filas del EI en Siria, donde fue gravemente herido por un obús que causó la muerte de su mujer y sus hijos. Su intención era viajar a Europa a curarse para después regresar al frente, aunque finalmente decidió atacar en Alemania.
Llegó a Europa en el año 2013, primero a Bulgaria, donde ya contaba con el estatus de refugiado, y después a Alemania, país que rechazó su solicitud. Según Harald Weinberg, un parlamentario de Baviera, Daleel escribió a las autoridades para pedir un aplazamiento, argumentando problemas psicológicos. Sin embargo, pocos días antes del ataque se le había notificado que debía abandonar el país, lo que quizá pudo llevarle a pasar rápidamente a la acción.
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