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Macron renuncia ahora a introducir en 2019 la ecotasa a los combustibles

El Elíseo desmiente a dos ministros y niega que vaya a recuperar el impuesto a las grandes fortunas.

Policías franceses retiran una barricada a la entrada de la petrolera Total en Gennevilles, cerca de París
Policías franceses retiran una barricada a la entrada de la petrolera Total en Gennevilles, cerca de Paríslarazon

El Elíseo desmiente a dos ministros y niega que vaya a recuperar el impuesto a las grandes fortunas.

- La determinación de los «chalecos amarillos» ha terminado imponiéndose al presidente francés. El miedo a que se reproduzca un nuevo sábado de violencia, con gente que está dispuesta a venir a París «para romper y matar», según dice el Elíseo, ha llevado a Emmanuel Macron a ceder y decidir la anulación de la subida de los impuestos sobre los combustibles prevista para 2019, según anunciaron anoche diversos medios de comunicación.

En poco más de 24 horas, el presidente francés se ha visto obligado a cambiar de opinión, y después de anunciar una demora de 6 meses en la subida del precio de la gasolina, decide anularla definitivamente. Es más, toda la tarde de ayer, el primer ministro, Édouard Philippe, defendió ante la Asamblea los anuncios que había hecho la víspera para salir de la crisis: moratoria de seis meses sobre la subida de la tasa carbono, congelación de las tarifas de la electricidad y del gas, y renuncia a endurecer el control técnico de los automóviles.

Durante horas, la oposición manifestó su rechazo, lo que no impidió a Philippe obtener un amplio apoyo: el plan fue aprobado por 358 votos a favor y 194 en contra. El primer ministro aseguró ante los diputados que estaba dispuesto a renunciar definitivamente a la subida de las tasas si pasados esos seis meses el Ejecutivo no encontraba «las buenas soluciones» para responder a las mejoras del poder adquisitivo, y que mantenían «el rumbo». Pero antes de que la sesión terminara, saltó la noticia de que el Elíseo anunciaba la anulación de la tasa.

Si mantienen, sin embargo, la supresión del Impuesto sobre la Fortuna (ISF), aunque algunos miembros del Gobierno han sembrado la confusión. La secretaria de Estado de Igualdad, Marlène Schiappa, llegó a anunciar que el Gobierno iba a restablecer este impuesto anulado por Macron al inicio de su presidencia, y el portavoz, Benjamin Griveaux, comentó sobre el mismo tema que si una medida «no funciona, no somos idiotas, la cambiaremos». El Elíseo puso rápidamente en su sitio a Schiappa calificando su comentario de «mal venido y sin sentido». «No vamos a deshacer nada de lo que se ha hecho los últimos dieciocho meses», dijo Macron el en Consejo de Ministros de ayer. El presidente espera que esta decisión calme los ánimos, pero los «chalecos amarillos» aseguran que de forma pacífica, pero el sábado volverán a la calle.

La oposición les incita a continuar con la movilización. Es el caso de Nicolas Dupont-Aignan, antiguo aliado de Marine Le Pen, que comentaba en Twitter que si «los franceses han evitado lo peor, deben seguir la movilización para acabar con la injusticia fiscal que reina» en Francia. Le Pen, por su parte, exige a Macron que se comprometa «por honor» a mantener su promesa.

Para la Francia Insumisa, «sería un primer paso importante» restablecer el ISF, pero «el presidente de los ricos acaba de rechazar esta posibilidad de un plumazo, con el desprecio que le caracteriza». Aquí radica uno de los problemas con que se encuentra Macron, que cristaliza en su persona el rechazo de los «chalecos amarillos», que insistentemente se refieren a él como «el presidente de los ricos». Y el hecho de que anuncie una suspensión de los impuestos sobre la gasolina no va a bastar para calmar el florilegio de reivindicaciones que han surgido a lo largo de estas tres semanas de protestas.