Caracas
Maduro, doce meses de un país a la deriva
Un año después de acceder a la presidencia de Venezuela, el mandatario se enfrenta a la protesta política más grande del país en los últimos años
El 19 de abril de abril de 1810, el pueblo venezolano se plantó ante el imperio español para empezar a ser protagonista de su propia historia. Curiosamente este aniversario patrio, comparte honor y día con la toma de posesión del presidente Nicolás Maduro, hace un año. Ayer el presidente salió al balcón presidencial reencarnado en la figura del padre José Cortés de Madariaga, quien hace 200 años desde el palco del Ayuntamiento y a espaldas del capital ibérico, hizo una seña negativa al pueblo para que rechazara la opresión española. Fue el principio del fin.
Es su segundo aniversario, ya que Maduro también celebró el pasado 14 de abril su elección en las pasadas presidenciales. El sábado el mandatario volvió a envolverse en su realismo mágico, recordando este capítulo de la independencia venezolana, sazonado adecuadamente con su propia historia y la de Simón Bolívar. Sin embargo y con la que está cayendo, Maduro debería de cuidarse de metáforas, no sea que le ocurra lo mismo que al noble español y el pueblo se alce contra él.
La revolución o también llamada primavera venezolana está en marcha, aunque el desenlace es una incógnita. Tiempo y "polenta"no les faltan a los estudiantes que desde hace dos meses y medio han tomado las calles reclamando el fin de la opresión, la liberación de los presos políticos y una profunda reforma de la economía.
El estallido social es consecuencia de 12 meses de gobierno a la deriva. Aunque también sería injusto no reconocer que a Maduro le ha estallado una bomba de relojería, heredada del fallecido Hugo Chávez. El discípulo tan solo siguió los pasos del comandante, radicalizando su discurso. Pero las arcas ya no dan para más.
La tragedia quedó bien escenificada ayer por los estudiantes en Valencia, donde realizaron un viacrucis en el que representaron los distintos sufrimientos que deben soportar quienes viven en el país. Por ejemplo en la primera estación rememoraron lo que padecen los venezolanos cuando se enferman por la carencia de medicamentos y la situación de los hospitales y centros asistenciales.
Otras de las estaciones fueron bautizadas como "El vital líquido contaminado", "Las calles te hacen caer", "El costo de vivir", "Los estudiantes cargan la cruz"y "Pueblo y estudiantes limpian las calles de Venezuela".
Rosa Orozco, mamá de Geraldine Moreno, quien falleció después de que funcionarios de la Guardia Nacional le dispararan perdigones en la cara, participó en octava estación del camino denominada "Jesús consuela a las madres". "Yo todos los días le pido a Dios que desde el cielo me ilumine, porque es necesario hablar de todas las madres de Venezuela que tenemos este dolor. Hay 32 mujeres que ahorita sienten que a sus hijos los han matado y maltratado, infinidades de muchachos que han tenido maltrato físico y mental..."afirma.
Guerra económica
A los pocos meses de tomar posesión del mando, el presidente emprendió una "guerra económica". Para tales menesteres y tras un proceso ilegal en el que se inhabilitó a un diputado, la Asamblea Nacional le otorgó "superpoderes"para gobernar un año a golpe de decreto.
El bolivariano aprobó leyes con los que apresaron a comerciantes que supuestamente no respectaban los precios marcados, además devaluó el bolívar y modificó el sistema cambiario. El próximo martes anunciará nuevas medidas aunque por ahora, ha sido incapaz de frenar la inflación galopante que ya supera el 50% y el desabastecimiento que ronda el 60%. El país es el único de la región que no crecerá este año.
Además el presidente Maduro cada vez se encuentra más solo en la travesía. Con la oposición, la Iglesia y los estudiantes en su contra, su guardia pretoriana la conforman militares y cubanos.
Sin embargo en las últimas semanas, el gobierno ha informado de una ola de detenciones dentro del ejército. Primero fueron tres generales y posteriormente 30 uniformados, acusados de gestar un fallido golpe de Estado el pasado 8 de marzo.
Cortina de humo o realidad, lo cierto es que el fantasma de la intervención militar vuelve a sobrevolar Venezuela, siempre con la figura del presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, conspirando en la sombra.
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