Política

Caracas

Maduro recibe a los «motorizados» que asesinaron a estudiantes en las marchas

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, en una concentración de motoristas, ayer, en Caracas
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, en una concentración de motoristas, ayer, en Caracaslarazon

Son las dos caras de Nicolás Maduro. Por un lado, reúne a los grupos de motoristas, los mismos que ajusticiaron a estudiantes durante las últimas semanas, y por el otro, convoca al líder opositor, Henrique Capriles, al palacio de Miraflores para hablar de paz. Finalmente, Capriles confirmaba en Twitter que no acudiría a la reunión del Consejo Federal de Gobierno. Maduro, el heredero político de Hugo Chávez, convocó para ayer un encuentro de autoridades regionales en el palacio de Gobierno después de más de dos semanas de protestas opositoras que se han extendido a al menos13 de los 23 Estados del país. Además, el líder bolivariano respondió con una concentración de grupos de motoristas en el centro de la ciudad. «Ven Capriles y demos un paso hacia la paz. Tenemos diferencias. Aspiro a que vengas», dijo en Telesur. Desde principios de febrero, decenas de miles de venezolanos han salido a la calle para protestar contra la alta inflación, el desabastecimiento y la inseguridad.

Ayer no hubo marchas multitudinarias como las vividas en días anteriores, pero las principales ciudades amanecieron colapsadas. Es un nuevo tipo de protesta que los estudiantes caraqueños han creado. Se trata de cortar las calles de la ciudad con barricadas, sin enfrentarse a la Guardia Nacional. Cuando los agentes aparecen, los manifestantes huyen. Se esconden y después de que los policías se retiren, los jóvenes vuelven a levantar las barricadas. De esta manera, han conseguido colapsar grandes urbes como Mérida y Caracas. Sin embargo, continúa la violencia. Ayer fallecía otro manifestante que estaba grave –con un saldo de 13 muertos–. Jimmy Vargas, de 34 años, moría en Táchira. Estaba asomado por la ventana de su casa, en un segundo piso, cuando efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana intentaban disolver una manifestación el domingo por la noche. Una bala le dio en el ojo izquierdo. El impacto hizo que Jimmy se desplomara hacia el vacío y sufriera un traumatismo craneoencefálico. Después de varias horas de agonía, murió. «Yo voy a salir a luchar por mi hijo. Mi hijo murió por luchar por la libertad. Que vengan por mí, ahora», gritaba Carmen González desde la clínica nada más enterarse de la muerte de su hijo. Y a todo el que la quiso oír le repitió: «No me den el pésame por mi hijo, agarren fuerzas para seguir luchando».

También ayer perdía la vida, tiroteado por los «motorizados» en una manifestación en Cagua, municipio de Sucre, Wilmer Carvallo, de 41 años.

Precisamente, el gobernador chavista del Estado de Táchira, José Gregorio Vielma Mora, donde se ha registrado la represión más violenta contra las protestas opositoras, afirmó que para desactivar la tensión y «alcanzar la paz» en Venezuela es necesario antes liberar a los presos políticos. Y Mora nombró, sin vueltas, a quien hoy es la cara de las revueltas: «No estoy de acuerdo con mantener preso a Leopoldo López [líder de Voluntad Popular]».