Brexit
May advierte a los rebeldes de que no hay alternativa
Los «tories» eurófobos se movilizan para presentar hoy los 48 avales y convocar la moción mañana
Los «tories» eurófobos se movilizan para presentar hoy los 48 avales y convocar la moción mañana.
Theresa May se acostumbró hace tiempo a convivir con la amenaza a su liderazgo. Los euroescépticos llevan prácticamente un año advirtiendo que jugarán sus cartas si sus demandas en las complicadas negociaciones del Brexit no son escuchadas. Pero ahora sí están dispuestos a pasar a la acción. Todo apunta a que hoy Graham Brady, presidente del Comité 1922 que agrupa a los «tories» sin cartera, recibirá las 48 misivas necesarias para activar un proceso que podría derivar en primarias.
Si el 15% de los diputados conservadores se muestra a favor de convocar una moción de confianza contra la «premier», la votación para decidir su futuro se realizaría el martes, coincidiendo con el 28 aniversario de la caída de Margaret Thatcher. La difícil relación con Europa acabó sentenciando la carrera política de la Dama de Hierro y está por ver si a May le depara ahora el mismo destino.
Sus aliados –porque aún le quedan– están convencidos de que superará el reto y quedará un año inmune, tal y como establecen las reglas del partido. A pesar del caos que se vive en el Gobierno –que el pasado jueves sufrió hasta siete dimisiones– parece poco probable que más de la mitad de los «tories» vayan a votar ahora en contra de May.
Sin embargo, nadie descarta ya ningún escenario en Westminster que afronta una de las semanas más críticas de su historia reciente. El domingo 25 de noviembre, está prevista la cumbre europea extraordinaria para cerrar el acuerdo de divorcio entre Reino Unido y la UE tras más de cuatro décadas de relación. El documento de casi 600 páginas –que incluye un plan de emergencia para evitar la frontera dura en Irlanda, una factura de 39.000 millones de libras y el compromiso para respetar los derechos de los ciudadanos– estará acompañado de una declaración política sobre las futuras relaciones y ambos textos deberán ratificarse luego en el Parlamento Europeo.
Pero nadie sabe si May logrará sobrevivir políticamente hasta el miércoles. La «premier» advirtió ayer de que «cambiar de líder no va a facilitar las negociaciones» y que incluso se pone en riesgo el «propio Brexit». En una entrevista con Sky News, anunció que esta semana viajará a Bruselas para reunirse con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. «Nada está acordado hasta que todo esté acordado», recalcó. Con todo, según la Prensa, el borrador del Acuerdo de Retirada está zanjado y lo que aún queda por cerrar son los siete folios sobre la declaración política de futuras relaciones, que constituirá la base de un futuro acuerdo comercial. En este sentido, varios de los Estados miembros de la UE están presionando para asegurarse compromisos adicionales sobre derechos de pesca y regulaciones, concesiones que supondrían más problemas para May.
Los cinco «brexiteers» que aún quedan en el Gabinete insisten en la necesidad de realizar cambios en el acuerdo de divorcio. Principalmente, lo que buscan es una alternativa al actual «backstop». Demandan que, en vez que todo Reino Unido se tenga que quedar dentro de la unión aduanera hasta que se encuentre una solución a la frontera de Irlanda, la cuestión pueda resolverse aplicando tecnología de última generación. Si esto no fuera posible, quieren que Londres tenga que negociar sólo con Dublín –y no con todos los 27– cuándo ha llegado el momento de finalizar el plan de emergencia.
Por si no fueran pocos los frentes abiertos dentro de sus filas, May se enfrenta también a la amenaza del DUP. Los unionistas norirlandeses, de cuyo apoyo depende el Ejecutivo tras perder la mayoría absoluta, están debatiendo si retiran su respaldo en la votación de los Presupuestos Generales, prevista para esta semana pero aún sin día fijado. La última vez que Westminster rechazó un Presupuesto fue en 1885. A día de hoy se antoja muy complicado que el pacto de divorcio vaya a conseguir ser ratificado en los Comunes, sobre todo después de que el líder de la oposición, Jeremy Corbyn, haya pedido a los suyos que lo rechacen para forzar elecciones. Anticipándose al caos que conllevaría un Brexit sin acuerdo, varios diputados han iniciado contactos con laboristas para preparar una moción de emergencia para conseguir una relación con la UE a la Noruega, que asegura su acceso al mercado único al estar integrada en el Espacio Económico Europeo.
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