Merkel y Hollande mantienen la presión a Moscú por Ucrania

No levantarán las sanciones hasta que no cumpla los acuerdos de Minsk.

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, abogaron ayer en Berlín por prolongar las sanciones contra Moscú mientras no haya avances en los acuerdos de Minsk. Un pacto que defenderán al unísono en el Consejo Europeo que arranca mañana en Bruselas y con el que ambos líderes pretenden cerrar un ciclo que nunca se definió por la cordialidad y el buen entendimiento entre ambas partes. La marcha de Hollande obliga a Merkel, ante la llegada de un año clave para la Unión Europea (UE), a lanzar un mensaje escrito en un idioma común y el proceso de paz de Ucrania simboliza aunar la posición de los 28 (uno menos sin Reino Unido) Estados miembros. En 2014, la Unión Europea aprobó varios paquetes de sanciones individuales y sectoriales contra Moscú como resultado del conflicto armado interno en el este de Ucrania y de la reincorporación de Crimea a Rusia, en virtud de un referéndum celebrado en marzo de 2014. Las penalizaciones a Rusia, que incluyen la restricción del acceso a financiación internacional y barreras a la cooperación en energía y defensa, han sido ya extendidas varias veces y debían expirar al final de enero. «En Ucrania se deben cumplir los acuerdos de Minsk. Hasta que no haya avances, tanto yo como la canciller apoyamos la prolongación de las sanciones», añadió el presidente francés, que en la misma línea apoyó a la jefa de Gobierno alemán y señaló que en el proceso existen todavía «los mismos obstáculos».

En la que fue una de sus últimas visitas como presidente a la canciller, Hollande lanzó un mensaje de unidad justo en un momento en el que Europa demanda unidad ante la llegada de un año marcado por varias citas electorales en Europa y la irrupción con fuerza de los partidos populistas. Con todo, muy lejos queda la llamada era «Merkozy» o ese momento en el que, con la presencia de Nicolas Sarkozy en el Elíseo, el eje franco-alemán dirigió con una sola batuta los abarates de toda la UE. Las diferencias entre Hollande y la canciller fueron palpables, sobre todo en materia de política de refugiados y de ahí que en el conflicto entre las fuerzas ucranianas y los rebeldes separatistas apoyados por Rusia, Alemania y Francia hayan tratado –aunque con escaso éxito– de convencer a ambas partes de aplicar el acuerdo alcanzado en Minsk el año pasado. El otro gran tema que dominará el Consejo Europeo será la situación de emergencia humanitaria que vive la población siria, en particular los habitantes de Alepo. La canciller alemana y el presidente francés hablaron de las posturas comunes que defenderán al respecto en la última cumbre de la UE de este año. «La situación en Siria nos parte el corazón», apuntó la canciller, quien hizo hincapié en que el responsable de la situación es el régimen sirio, pero también Rusia e Irán. «La verdad es que no veo mucha diferencia entre lo que es el papel del régimen sirio y el de Rusia», dijo por su parte el presidente francés, quien insistió en la necesidad de «actuar ya» y reconoció que «se ha perdido mucho tiempo» en la guerra.

Asimismo, aludieron a la ola migratoria en general, que sirve de base al plan de cooperación con África que debe materializarse en inversiones para este continente, así como en la importancia del apoyo a los países africanos para luchar contra el terrorismo. Ambos líderes abogaron por la firma de acuerdos con estos Estados similares al ya suscrito con Turquía para hacer frente a la situación en el Mediterráneo. Merkel y Hollande reiteraron asimismo la conveniencia de que los refugiados sin perspectivas de poder permanecer legalmente en la UE puedan ser repatriados a sus países de origen. También el Brexit formará parte de la agenda de la cumbre europea y tanto Francia como Alemania, señaló Hollande, tienen claros los principios que deben regir la salida de Reino Unido de la UE, sin negociaciones previas y velando por los intereses de los 27.