La amenaza yihadista

Ofensiva del Estado Islámico contra los kurdos y Asad

Vecinos kurdos a las afueras de la ciudad de Kobani, con humo de los combates al fondo
Vecinos kurdos a las afueras de la ciudad de Kobani, con humo de los combates al fondolarazon

El Estado Islámico (EI) le ha devuelto el golpe a los kurdos, que en las últimas semanas habían conseguido avanzar en Raqa, capital «de facto» del EI en Siria, y recuperar la localidad fronteriza de Tel Abyad, ruta de suministros para el grupo extremista. Yihadistas disfrazados de milicianos kurdos de las Unidades de Protección Popular (YPG) y del Ejército Libre de Siria (ELS) penetraron por la frontera de Turquía en la localidad kurda de Kobani en la madrugada. Primero hicieron estallar un vehículo cargado de explosivos cerca del paso fronterizo Mursitpinar y comenzaron a disparar a militares y civiles. Los yihadistas detonaron otros dos coches bomba en las inmediaciones del paso fronterizo al mediodía. El portavoz del las YPG, Redur Jalil, escribió, no obstante, en Twitter que no estaba claro si los yihadistas penetraron desde la frontera con Turquía, pero confirmó que los atacantes entraron por el sur y este de Kobani. En concreto, desde la zona del hospital de Mushtanur, en el sureste, y la carretera que une la localidad con el pueblo de Helinch, en el este.

Se trata de la primera vez en medio año en que los terroristas logran entrar en esta urbe fronteriza, que resistió durante meses una ofensiva del EI hasta que los yihadistas fueron expulsados por los combatientes kurdos el pasado enero. «Se han producido violentos combates en la zona del paso fronterizo, en la avenida 48 y en el centro de la ciudad y hay cadáveres esparcidos por las calles», explicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Las YPG han ordenado a los civiles que se encierren en sus casas, indicó el OSDH. El número de muertos se desconoce, pero podría ascender a más de medio centenar. Al menos 25 personas, entre ellas mujeres y niños, fueron masacradas en el interior de Kobani. Otros 20 muertos se registraron en Burj Butan, a unos 30 kilómetros al sur de la localidad atacada. Además de la ofensiva para recuperar Kobani, los yihadistas atacaron a las fuerzas sirias en la localidad de Hasaka, al noroeste. La mitad de esta urbe está controlada por fuerzas del presidente Bachar al Asad y la otra mitad por combatientes kurdos.

La televisión estatal siria informó de intensos enfrentamientos dentro del barrio de Nashawi, en el sur de la ciudad. Según esa información, los extremistas del EI mataron a varias personas que habían retenido en la ciudad. El Estado Islámico había intentado entrar en la ciudad antes este mes, pero sólo avanzaron hasta las afueras de la zona sur.

En el sur de Siria, los rebeldes lanzaron un asalto para capturar Deraa, que, si cae, sería la tercera capital de provincia perdida por las fuerzas de Asad en los cuatro años de guerra. Una alianza de grupos rebeldes seculares conocidos como El Frente Sur, dijo ayer que su ofensiva en Deraa había comenzado al amanecer. El Gobierno sirio se ha enfrentado a una mayor presión militar desde marzo, perdiendo terreno en el noroeste, el sur y el centro del país, donde el EI se apoderó de la ciudad de Palmira el mes pasado.

El control de Asad está confinado principalmente a los principales centros de población del oeste de Siria, donde ha tratado de reforzar su dominio con la ayuda de Hizbulá, su principal aliado. En una de sus bases en la ciudad de Al Mayadín, en el este de la provincia nororiental siria de Deir al Zur, el EI vendió ayer a 42 prisioneras yazidíes por cantidades que oscilaban entre los 500 y los 2.000 dólares, destacó el Observatorio, que no ofreció datos sobre los compradores. La fuente destacó que se desconoce el paradero de los menores de edad yazidíes que estaban con las prisioneras. Los yazidíes, de etnia kurda y cuya religión se basa en el zoroastrismo, son uno de los blancos del EI, que los considera infieles. El 3 de agosto, el EI ocupó la ciudad iraquí de Sinyar, donde secuestró a cientos de mujeres de esta minoría religiosa a quienes trasladó a diferentes prisiones diseminadas por Irak e Siria. Tras la toma de Sinyar, el EI entregó a casi 300 mujeres yazidíes que había capturado en Irak a sus milicianos en Siria a cambio de dinero.