Unión Europea

Primer examen en las urnas a la política de refugiados de Merkel

Los sondeos prevén un triunfo ajustado de la CDU y el auge de los xenófobos en las tres regiones que votan el domingo.

Refugiados y migrantes, ayer, durante el reparto de alimentos en la localidad griega de Idomeni, en la frontera entre Grecia y Macedonia, donde se hacinan unas 14.000 personas
Refugiados y migrantes, ayer, durante el reparto de alimentos en la localidad griega de Idomeni, en la frontera entre Grecia y Macedonia, donde se hacinan unas 14.000 personaslarazon

Los sondeos prevén un triunfo ajustado de la CDU y el auge de los xenófobos en las tres regiones que votan el domingo.

Nunca unas elecciones regionales causaron tanta expectación en Alemania como las que se celebrarán el domingo en tres «länder». Su importancia radica en que se las considera un examen a la política de refugiados de la canciller Angela Merkel y la primera ocasión que tienen los ciudadanos descontentos para expresarse en las urnas. Los resultados del llamado «super domingo electoral» en Sajonia-Anhalt, Baden Württemberg y Renania Palatinado pueden marcar un antes y un después en el futuro del partido de la mandataria, la Unión Cristianodemócrata (CDU).

Fue el pasado mes de septiembre, con la apertura de puertas a los refugiados hacinados en las estaciones de Hungría que autorizó Berlín, cuando comenzó a caer la popularidad de la canciller y a perder apoyos en su propio partido. La jefa del Ejecutivo alemán se erigió como la líder de la política de bienvenida en pleno debate migratorio europeo y, aunque ha suavizado su postura tras haber acogido el año pasado a 1,1 millones de asilados y, especialmente, debido a las agresiones masivas de Nochevieja en Colonia, sus decisiones le han costado feroces críticas de sus socios. Sin ir más lejos, su viejo aliado, Horst Seehofer, cabeza del ala bávara de su partido, amenazó con llevarla ante los tribunales si no modificaba su actitud en este asunto.

Las urnas de Sajonia-Anhalt, Baden Württemberg y Renania Palatinado reflejarán el domingo el castigo o las alabanzas a las decisiones tomadas por Merkel en los últimos meses, que han resultado cruciales ante el mayor éxodo migratorio que sufre Europa tras la II Guerra Mundial. Días antes de lo que se ha pronosticado como el gran batacazo de la CDU en mucho tiempo –los sondeos muestran una caída de más de 10 puntos en Baden Württemberg–, Merkel comenzó un viaje electoral por los tres «länder», durante el que quiso dar una imagen de unidad e insistir en que las recientes medidas aprobadas por el Parlamento para endurecer las condiciones de asilo y agilizar las deportaciones están dando resultado. Con los datos en la mano, las autoridades alemanas en materia migratoria aseguraron que habían recibido en febrero 61.428 solicitudes de asilo, dos tercios menos que en enero. Quizá por ello, Merkel haya ganado algunos puntos en su popularidad respecto a su nivel más bajo, el de febrero con un 45%. Ahora, los últimos sondeos reflejan que la mitad de los encuestados apoyan a la canciller, aunque sigue siendo un pobre porcentaje respecto al 70% que de marzo de 2015.

El preacuerdo del lunes con Turquía, una de las bazas de la canciller para detener el flujo migratorio, no facilita las cosas. Ayer, Merkel criticaba el cierre de la ruta de los Balcanes a los refugiados. «Ésa no es la solución al problema y, aunque sí es verdad que llegarán menos solicitantes de asilo, no funcionará a largo plazo», declaró. Una reacción opuesta a la del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que ayer anunciaba en las redes sociales que se alegraba del cierre de esa ruta. «Esta situación no es sostenible», se lamentó ayer Merkel, «si no logramos un acuerdo con Turquía, Grecia no podrá soportar el peso migratorio por mucho tiempo».

No cabe duda de que la crisis migratoria ha monopolizado los debates durante la campaña. Según Patrick Bernhagen, sociólogo de la Universidad de Stuttgart, más que unas elecciones al uso, lo que se medirá el domingo es cuántos de los 12,6 millones de votantes apoyan a un partido que, hace solo un año, parecía imbatible. «Los escrutinios regionales se podrán dividir en votos a favor o en contra a la política dirigida de Merkel. Se está votando la entrada o no de refugiados», apreció.

Según los últimos sondeos publicados por la revista «Stern», continuará el liderazgo de la CDU, pero con dos importantes matices: la pérdida de apoyo –con bajadas desde un 10,5% hasta el 28,5% de los votantes de Baden Württemberg, y de 3,5% y 0,2% en Sajonia Anhalt y Renania Palatinado, respectivamente– y la importante subida del partido populista, antirefugiados y eurófobo, Alternativa para Alemania (AfD), que reuniría en torno al 20% de los votos en Sajonia, Estado originario del movimiento xenófobo Pegida. AfD registraría el 12,5% y 9%, respectivamente, en Baden Württemberg y Renania Palatinado, consolidándose como tercera, o incluso, segunda fuerza. Estas cifras del partido cuya líder justificó hace poco el uso de armas de fuego contra los refugiados que quisieran pasar las fronteras, se ha convertido en una preocupación creciente en Alemania.

Las opiniones contrarias se hacen eco en el país. «Volveré a votar por la CDU otra vez, pero no estoy de acuerdo completamente con su política», declara Ziglinde, de 60 años. Martin Plessner apostará por AfD. «Toda mi vida he votado por la Unión Cristianodemócrata, pero Merkel me ha decepcionado muchísimo».