Francia
Rachida Dati: «Debemos devolver la credibilidad a la política»
La eurodiputada francesa y ex ministra de Justicia tiene una cargada agenda en asuntos de inmigración, radicalismo y terrorismo. Durante el último Pleno del PE, Rachida Dati atendió a las preguntas de LA RAZÓN.
–El mundo está asombrado con el avance del Frente Nacional (FN) en el país de la libertad, la fraternidad y la igualdad. ¿A qué se debe este auge?
–Los franceses no son racistas. No odian. Y no quieren que se les manipule desde la clase política. Además, consideran que cuando el país está en crisis, la derecha no hace suficiente y la izquierda agrava la situación. Por eso hay gente que hoy día vota por el Frente Nacional; es más bien una exasperación. Al revés, los franceses aman la política, quieren que la política cambie sus vidas. El problema es que, en la actualidad, la política no está dando resultados.
–Y en su partido, la UMP, ¿harán cambios, se subirán al carro del populismo para frenar al FN?
–Claro que tenemos que hacer cambios y lanzar otros mensajes. Hoy la UMP tiene que hacer propuestas muy claras y cuando estemos en el poder, respetar los compromisos que se han adquirido. Tenemos que devolver la credibilidad a la palabra política. La política pública tiene que ser ejemplar y respetar los acuerdos de Francia. Pero no seremos populistas, lo que hay que entender son las inquietudes y los problemas de la gente.
–¿Qué le ha parecido el Congreso de la UMP? ¿Le gusta el nombre de Los Republicanos?
–Ha sido un importante hito para que el partido se una. En los últimos años, la UMP ha experimentado serias divisiones. Sarkozy ha ganado su apuesta: ha traído de vuelta la serenidad a nuestro partido. Esto no significa que opiniones divergentes no puedan ser expresadas. Pero estamos unidos para reconquistar Francia. ¿Y qué puede ser mejor para unir a los franceses que la República y sus valores? Por eso hemos decidido cambiar el nombre por el de Los Republicanos. Esto es sólo el principio: ahora debemos construir un proyecto sólido para Francia, alcanzar a los que están decepcionados con la izquierda y a los que nuestro partido todavía no ha convencido. Con este congreso se ha iniciado un movimiento dinámico real.
–¿Piensa que la operación de la UE en el Mediterráneo que luchará contra las mafias en Libia es una buena respuesta a la crisis de inmigración en nuestras costas?
–Hoy día está todo conectado: la inmigración ilegal, el crimen organizado y el terrorismo. La UE tiene una responsabilidad a este respecto, en controlar los flujos migratorios, las mafias y el crimen organizado. La primera lucha importante es actuar contra los criminales y los terroristas en Libia, que es un país completamente roto, fallido y un nido de terroristas a cielo abierto.
–¿Y es suficiente?
–Hay una respuesta política y otra responsable. No es un tema que se haya descubierto ahora, viene de lejos, pero nunca nos habíamos enfrentado a él como ahora. Hoy la UE sí acepta su responsabilidad: el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, la ha asumido. Es un tema muy denigrante, todos los días muere gente en el Mediterráneo y no podemos hacer como si no pasara nada. Hay quien habla de la debilidad de Europa a la hora de tomar decisiones, pero no es cierto, son los egoísmos nacionales de los Estados miembros los que merman. El 80% de las demandas de asilo político en todo el territorio europeo son acogidas en seis países. Es inadmisible que todo el peso de la migración clandestina recaiga sobre tan sólo en seis países. Aun así, no podemos mirar hacia otro lado. Hace falta corresponsabilidad y solidaridad a compartir entre los 28 y dar una respuesta verdadera.
–Como ex ministra de Justicia, ¿será posible acusar y juzgar a los líderes de las mafias libias que se detengan en la operación?
–Ya ha habido precedentes de este tipo durante la operación contra los piratas internacionales en el océano Índico. Se les puede perseguir y luego se preparan las competencias jurídicas. No se puede dejar que las mafias criminales internacionales utilicen la ausencia de responsabilidad de la UE. Las organizaciones criminales se benefician de nuestra falta de coordinación.
–Mientras cientos de miles de personas sueñan con llegar a nuestros países y huir de los conflictos, los europeos «exportamos» a cientos de jóvenes yihadistas a Siria e Irak. ¿No le parece paradójico?
–En la lucha contra el terrorismo uno de los puntos más importantes es impedir que los jóvenes sean captados por las redes yihadistas. Si bien es cierto que tenemos una responsabilidad en Libia, donde llevamos a cabo una intervención militar; también sobre Siria, porque allí no hemos intervenido. Lo mismo ocurre tanto en Afganistán como en Irak: somos responsables. Por tanto, tenemos que luchar contra los terroristas que intentan desestabilizar la región. Por un lado, debemos actuar contra las organizaciones terroristas que reclutan a los jóvenes europeos y, por otro, tener en cuenta que en los flujos migratorios hay miles de personas que vienen de esos países, que huyen de la persecución, de la violencia, de la guerra.
–¿Y por qué tantos se radicalizan, qué se puede hacer?
–No sólo deberíamos centrarnos en perseguir a los jóvenes radicalizados. La mayoría de los jóvenes franceses y europeos se han radicalizado a través de internet. Las webs son un vector de radicalización que también permite hacer promoción de los yihadistas. Las empresas de internet deberían también ser juzgadas si no hacen nada por evitarlo y si no colaboran con la Justicia para impedirlo. También propongo una especie de «contradiscurso» en las webs. Que internet se llene de argumentos para impedir el reclutamiento, el enaltecimiento del yihadismo y la radicalización. Que desaparezca la apología del terrorismo.
–¿Por qué es Francia el país –dentro de la UE– del que más yihadistas parten hacia Siria e Irak?
–Porque hay muchos jóvenes que han llevado a cabo una ruptura con la sociedad, con la consiguiente pérdida de identidad, de consideración... Hay que hacer una política de integración más adaptada. Veo que en Reino Unido ya están muy avanzados en esto y, sin embargo, Francia está muy retrasada. Ni siquiera se lo han planteado y las políticas sobre esto son muy «naives». He comprobado que los británicos ya le han tomado el pulso a este tema.
–¿Es partidaria de la «desradicalización»?
–Sí. Reino Unido, Países Bajos, Dinamarca... ya han tomado medidas en materia de desradicalización. Es urgente que tomemos preceptos en toda Europa.
–¿Cuál cree que es una buena respuesta al problema a nivel europeo?
–Hay que reforzar los controles fronterizos, en las entradas de la UE y el espacio Schengen y que haya más cooperación entre los servicios de Inteligencia. Un ejemplo que viene muy a cuento es la cooperación entre España y Francia. Antes no iba tan bien y ahora va fenomenal. Además, los encargados de la vigilancia deben tener mucha formación, deben ser profesionales. Hay que vigilar mejor y no más y entender mejor los datos.
–¿Y la vigilancia masiva propuesta por Valls?
–No es mejor contra el terrorismo. Va demasiado lejos. Insisto en que es más importante cómo se analiza la información. Los hermanos Kouachi, que perpetraron el atentado contra «Charlie Hebdo», habían sido vigilados y, en cambio, no se supo valorar.
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