Elecciones en Francia

Sarkozy y Gadafi, una oscura amistad

Tras llegar al Elíseo, «Sarko» promovió la integración de Gadafi en la escena internacional.

El dictador libio Muamar Gadafi recibe con todos los honores al ex presidente Nicolas Sarkozy en una visita en 2007
El dictador libio Muamar Gadafi recibe con todos los honores al ex presidente Nicolas Sarkozy en una visita en 2007larazon

Tras llegar al Elíseo, «Sarko» promovió la integración de Gadafi en la escena internacional.

15 de marzo de 2011. Faltan cuatro días para la intervención militar liderada por Francia en Libia y el ex dictador Gadafi concede una entrevista a la televisión pública francesa para afirmar que participó con fondos en la campaña que llevó a Sarkozy al Elíseo en 2007. «Creo que tiene un desorden mental mi querido amigo Sarkozy. Él mismo vino a pedirme ayuda para su campaña». Estas palabras son tan sólo un documento más de un dosier, el de las turbias relaciones entre el ex presidente francés y el dictador libio, cada vez más abundante gracias no sólo a las investigaciones judiciales, sino también, y sobre todo, a las periodísticas.

A finales del año pasado apareció publicado el libro «La historia secreta Sarkozy y Gadafi», escrito por los periodistas Fabrice Arfi y Karl Laske, en el que defienden la teoría de que la financiación de la campaña del mandatario conservador fue la contrapartida al apoyo francés a iniciativas desarrollistas y panafricanistas del excéntrico líder libio. En su investigación aparecen detallados varios episodios de esta relación tentacular: desde maletas repletas con billetes de 200 y 500 euros que un hombre de negocios francolibanés, Ziad Takieddine, trasladó en varios viajes desde Trípoli hasta las puertas del mismísimo Ministerio del Interior francés, hasta el macabro descubrimiento en 2012 del cuerpo ahogado del ex ministro del Petróleo de Gadafi, Choukri Ghanem, en las aguas del Danubio, autor de unas notas que confirmarían los pagos libios a París.

Tras el triunfo de Sarkozy en aquella campaña de 2007, Francia contribuyó decididamente a blanquear la imagen del ex dictador en la comunidad internacional. «Uno siempre se pregunta si aquella intervención en Libia no iba destinada a borrar las huellas de la corrupción», afirma Edwy Plenel, director de Mediapart, el medio francés que publicó la mayoría de indicios que movilizaron a la Justicia gala, quien además explica que aquella relación pasó a ser muy engorrosa para Francia a partir de la Primavera Árabe: «Cuando se amenazaron los secretos inconfesables mediante el derrocamiento popular de la dictadura que los guardaba».

Pero para entender el inicio de la relación entre ambos hombres hay que remontarse unos años antes. En octubre de 2005, Sarkozy visita Trípoli y se reúne con Gadafi. En la agenda del por entonces ministro del Interior el asunto es la cuestión migratoria en el Mediterráneo. Ambos mantienen una reunión larga, cara a cara, sin sus colaboradores. Los investigadores judiciales han intentando de muchas formas conocer si en el transcurso de esa reunión Sarkozy realiza la petición financiera. La única testigo, la traductora de aquel encuentro, está amparada por secreto profesional.

Sarkozy volvió a Libia en septiembre de 2011 con el país en la espiral de una peligrosa guerra civil. Gadafi ya estaba fugado y el por entonces presidente francés no duda en calificarlo de «peligro» para el país y afirma que «queda un trabajo por terminar». Un mes después y tras varios disparos a quemarropa, el ex dictador aparece muerto.