Sherdl Halgord Rwandzi: «Los bombardeos de la coalición han sido determinantes»

Ha mirado a los terroristas del Estado Islámico a los ojos y ha luchado contra ellos. Es más, ha conseguido que huyan del territorio que custodia, pero Sherdel Halgord no se considera un héroe, sino un simple «peshmerga» que combate para proteger a su pueblo, los kurdos. Desde Khurmatu, al sur de Kirkut, en la provincia de Saladino, se ha levantado en armas contra los islamistas y los ha desplazado a 40 kilómetros de su ciudad. Desde allí explica a LA RAZÓN los avances del Ejército kurdo y las nuevas amenazas que presenta el EI.

–¿Cuál es su objetivo en este momento después de conseguir alejar la amenaza yihadista de la frontera kurda que protege?

–En este momento, en Khurmatu estamos tranquilos. Hace diez días conseguimos alejar a los yihadistas. Durante meses hemos sido bombardeados y atacados por el Estado Islámico. Hubo mucha violencia, llegaron a estar a un kilómetro de la ciudad. Ahora, en Saladino son más débiles. También Kirkuk está a salvo. La violencia se ha intensificado en Ramadi y Faluya y siguen fuertes en Mosul. En este momento, nuestra misión pasa por mantener la ciudad bajo control y evitar que vuelvan a acercarse. Debemos estar muy atentos.

–¿Han combatido junto al Ejército iraquí?

–Sí, hemos colaborado con ellos. Hace un mes vinieron refuerzos del sur. En la carretera que une Bagdad y Kirkuk nos encontramos cuando reducíamos al EI. Aunque realmente no era el Ejército, porque éste no existe como tal. Hay milicias chiíes que luchan contra el EI, pero no son el Ejército. Aunque nosotros no confiamos mucho en ellos, sí aceptamos en ese momento su ayuda. Sin embargo, carecen de estructura, unos siguen a las milicias de Hasan al Sade, otros a la de Al Badr..., incluso se matan entre ellos por el control de determinadas zonas. Esto no ocurre entre los peshmerga.

–¿Conseguirán derrotar al Estado Islámico? ¿Se puede poner fecha al fin de la amenaza yihadista?

–Si la guerra sigue como ahora, en cuatro meses podría decirse que el Kurdistán estará totalmente a salvo. En las últimas semanas han cambiado las tornas del juego. Ahora el EI está debilitado. Es posible derrotarles, pero no es sencillo ni rápido. Además, como digo, no es sólo el problema del Estado Islámico, sino de las milicias chiíes que luchan contra el EI. Los grupos islámicos son todos iguales, ya sean suníes o chiíes.

–¿Les ha sido útil el apoyo de la coalición internacional?

–Ha sido de vital importancia. Yo llevo luchando desde el 11 de junio en esta zona. Al principio, nos era imposible hacer frente al EI, eran muy fuertes, mucho más que nosotros. Pero los bombardeos de la coalición les han hecho mucho daño. Llegó un momento en el que pensé que todo estaba perdido, ahora no. Más que soldados sobre el terreno nos vendría muy bien recibir más formación en nuestras filas. Además, me encantaría que EE UU estableciera una base militar en nuestro territorio. Estamos asediados de peligros: Siria, Irán, Irak, Arabia Saudí... Su ayuda ha sido y es determinante.

–Tras la entrada de peshmergas en Kobani, ¿podemos asegurar que la ciudad no caerá en manos islamistas?

–Kobani tiene ahora una estructura de resistencia fuerte, conseguirán vencer al EI, más aún después de que Turquía haya permitido su entrada en la ciudad. Pero no entiendo a los turcos, no son gente de fiar. ¿Por qué no han abierto antes su frontera para derrotar a los yihadistas? Su respuesta ha sido tardía. Además, Turquía ha estado durante mucho tiempo entrenando a las milicias del Estado Islámico para luchar en Siria. ¿A qué están jugando?