Estados Unidos
Trump «el evasor» confía la remontada a su número dos
Pence busca lavar la imagen del magnate en el debate de vicepresidentes
A Trump le salen nuevos enemigos en cada esquina que advierten a diario del peligro potencial del magnate para Estados Unidos.
A Trump le salen nuevos enemigos en cada esquina que advierten a diario del peligro potencial del magnate para Estados Unidos. Ayer fue el propio Fondo Monetario Internacional, a través de su economista jefe, Maurice Obstfeld, quien alertó de los riesgos que supondría que el empresario llegara al poder. «Se ha discutido mucho sobre los cambios que podrían traer las elecciones [de noviembre] y que podrían ser dramáticos en relación a las posturas que desde hace mucho tiempo defiende EE UU. Esto introduce un elemento de incertidumbre política y se sabe que la incertidumbre no es algo muy bueno para los inversores y para el empleo», confesó Obstfeld.
Sin embargo, este escenario apocalíptico al que apuntan desde diferentes flancos en caso de que Trump venza en las urnas, bien poco parece importarle a su base de votantes. La última encuesta publicada ayer por la cadena CNN le daba al magnate un 42% de apoyos frente al 47% que asegura que apostará por la demócrata Hillary Clinton el 8 de noviembre. La demócrata no consigue distanciarse lo suficiente del republicano pese a los constantes escándalos que le persiguen. Aunque el que podría hacerle más daño es el relacionado con el supuesto impago de impuestos destapado por «The New York Times». En su informe, el diario asegura que, en 1995, el magnate habría cerrado en números rojos y habría perdido alrededor de 821 millones de euros. Esta situación le habría permitido, tras un acuerdo con el fisco, evitar pagar impuestos en los siguientes 18 años, una deducción impositiva que se habría traducido en 45 millones de euros al año.
«Yo fui capaz de utilizar las leyes fiscales de este país en favor de mis negocios para salir de la crisis inmobiliaria cuando otros fueron incapaces de hacerlo», dijo el magnate durante un mitin en Colorado. Sin embargo, el empresario sigue sin hacer públicas sus cuentas. Trump asegura que no puede hacerlo debido a que su emporio está siendo auditado, pero una decisión que le podría pasar factura.
Otra de las polémicas abiertas en relación a Trump es la información publicada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), en la que se asegura que el multimillonario mantuvo negocios con el banco iraní Mellí entre 1998 y 2003. Trump les habría alquilado oficinas en Nueva York, incumpliendo así las sanciones impuestas por EE UU a Teherán, que impedían a los empresarios estadounidenses relaciones comerciales con entidades que estuvieran en la «lista negra», como era el caso de este banco, relacionado con el suministro de materiales para el programa nuclear iraní.
En este contexto, ayer salió a la palestra el compañero de candidatura de Trump, Mike Pence, para medir sus fuerzas con el candidato a vicepresidente por el bando demócrata, Tim Kaine. La misión de Pence en este encuentro televisado era clara: limpiar la imagen del empresario que se ha visto empañada por numerosos escándalos. Conocido por sus posturas ultraconservadoras, Pence fue una clara apuesta de Trump para calmar al sector crítico del «establishment», que sigue sin respaldar de manera unánime al lenguaraz candidato, y atraer el voto rural. Sin embargo, el gobernador de Indiana se ha visto obligado a rebajar un poco su perfil para encajar con el magnate.
El electorado rural (21% de votantes del país) representa una parte importante de la base electoral republicana. Aun así, Clinton espera poder convencer a una parte que podría combinar con el de algunas zonas rurales que se han convertido en más urbanas y liberales en los últimos años. Precisamente, la candidata tiene sus ojos en Virginia y Georgia, donde el 25% de la población vive en zonas rurales, y Carolina del Norte, done lo hace el 34%. Aquí cala el mensaje de Trump de que quiere relanzar la América rural.
Un ignorante «profundo»
El vicepresidente de EE UU, Joe Biden, aseguró ayer en una entrevista a la CNN que Trump «no es un mal hombre», pero que su «ignorancia es muy profunda». Es la primera vez que Biden ataca con tanta dureza al candidato republicano.
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