Elecciones en Estados Unidos
Un imperio donde no se pone el sol
La fortuna de Trump fortuna ronda los 3.500 millones de euros, con negocios repartidos en los cinco continentes a través de resorts de lujo, campos de golf y casinos. El conflicto de intereses desata las alarmas
La fortuna de Trump fortuna ronda los 3.500 millones de euros, con negocios repartidos en los cinco continentes a través de resorts de lujo, campos de golf y casinos. El conflicto de intereses desata las alarmas
Su gran baluarte durante la campaña electoral fue la figura de empresario de éxito que vendía de sí mismo. Una serie de negocios con beneficios en entredicho que conforman el imperio Trump: un rompecabezas financiero diversificado en hoteles, casinos y campos de golf, principalmente. «Forbes» calcula que su patrimonio neto ronda los 3.500 millones de euros, aunque, según asegura el magnate, la cifra real de sus «business» sobrepasa los 10.000 millones. Es más, asevera que tan sólo la marca «Trump» tiene un valor por sí sola de 4.000 millones, una marca que tiene participaciones en más de 500 compañías repartidas en 20 países.
En el negocio inmobiliario dio sus primeros pasos de la mano de su padre, Fred, pero pronto se le quedó corto y amplió miras apostando fuerte con participaciones en empresas de comunicación, resorts y en hasta 17 campos de golf. El «reino de Trump», donde nunca se pone el sol, abarca inversiones en América, Asia y Europa, aunque los negocios que más rentabilidad le han proporcionado son los que posee en Estados Unidos. Según «Forbes», gran parte de su fortuna está compuesta por sólo cuatro edificios: 1.400 millones de euros del patrimonio de Trump se concentran en tres edificios en Nueva York (uno de ellos sería su emblemática Torre Trump, valorada en más de 300 millones de euros) y otro en San Francisco. Aunque la Organización Trump tiene importantes negocios dentro de Estados Unidos (algunos tan icónicos como su casino de Las Vegas), no es nada despreciable su inversión en Rusia, Corea del Sur, India, Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Azerbaiyán, Ucrania, China, Bulgaria, Argentina, Canadá, Francia y Alemania.
Curiosamente, en China, país al que ya ha declarado la guerra (de momento diplomática) meses antes de ser nominado, Trump tenía la mirada puesta en Shanghái, Pekín y Shenzhen. En Indonesia tiene importantes intereses con el conglomerado MNC Group, donde construirá dos resorts este año, uno ellos de seis estrellas en Bali, que sería el primer hotel de la marca Trump en la región. El segundo sería en Sukabumi, a cien kilómetros de Yakarta.
En Rusia, posee varios proyectos en marcha en San Petersburgo, Sochi y Moscú, donde ya tiene su marca registrada. Unas inversiones que suscitan recelos entre quienes aseguran que la buena sintonía entre Trump y Putin podría haber beneficiado al magnate, lo cual comprometería su presidencia.
Uno de los temas más controvertidos que rodean a los negocios de Trump es el estado real de sus cuentas, ya que ha sufrido hasta seis bancarrotas y sigue negándose a hacer pública la declaración de impuestos. Él presume de riqueza, pero lo cierto es que, según publicó a principios de octubre «The New York Times», el magnate declaró en 1995 pérdidas por un valor de 916 millones de dólares, un caos financiero derivado del fracaso de sus casinos en Atlantic City. Según informó este diario, el Gobierno federal le habría dado el visto bueno a una deducción impositiva de hasta 50 millones de dólares de ingresos al año, lo que se tradujo en un alivio de impuestos durante los siguientes 18 ejercicios.
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