Ciencias naturales

La gamba prudente

Los crustáceos muestran diferentes personalidades: unos son más tímidos, mientras que otros son más atrevidos cuando hay comida de por medio. Un nuevo estudio revela que los camarones que corren más riesgos consiguen peores resultados en la obtención de alimentos

Camarón de charco. / Nicky Dobson
Camarón de charco. / Nicky Dobsonlarazon

Los crustáceos de una misma especie que viven incluso en la misma roca pueden mostrar diferentes actitudes frente a las mismas situaciones. Es lo que ocurre con los camarones de charco (Palaemon elegans), unas pequeñas gambas que presentan diferentes comportamientos frente a la comida. Así lo demuestra un estudio publicado en la revista Animal Behaviour.

Los científicos de la Universidad de Exeter en Reino Unido descubrieron que unos ejemplares de estos crustáceos eran de forma reiterativa muy tímidos, respecto a otros que eran más audaces al competir por la comida. Pero las observaciones revelaron que la valentía tenía un coste: los camarones más intrépidos perdían más batallas por la comida.

“Descubrimos que las gambas más prudentes eran mejores para controlar una fuente de alimento”, señala el primer autor Daniel Maskrey, investigador en la Universidad de Exeter cuando se realizó este estudio.

“Esto significa que cuando las más tímidas encontraron comida y había posibles rivales cerca, se quedaron y alimentaron durante más tiempo que las gambas más atrevidas”, añade Maskrey, que ahora es científico en la Universidad de Liverpool.

Las razones de estas actitudes

Los investigadores fueron testigos de una pelea por la comida entre gambas, pero las razones siguen sin estar del todo claras. “Es posible que los camarones más audaces tengan un mayor impulso para continuar la búsqueda de comida”, dice el científico.

Esta estrategia demostraría que las gambas más valientes favorecen la búsqueda de alimentos antes de competir contra rivales más fuertes. Para demostrarlo, el equipo de científicos las puso a prueba en un tanque de agua y observó así cómo estas exploraban y se aventuraban en el nuevo entorno. Para ello las dividieron en diferentes grupos de individuos de tamaño similar.

Para Tom Houslay, del Centro para Ecología y Conservación de la Universidad de Exeter, el estudio podría ayudar a los científicos a comprender por qué los miembros de una especie, incluso los langostinos en una misma roca, tienen diferentes personalidades.

“En diferentes condiciones y situaciones, cualquiera de estas estrategias podría dar sus frutos, y esto explicaría por qué no existe un solo tipo de personalidad”, recalca el experto. El verdadero hábitat de estos crustáceos cambia con cada marea alta, así que esta alteración en sus comportamientos podría ser crucial a la hora de adaptarse.