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Air Fit, o cómo volver a ser un niño en una cama elástica

Air Fit, o cómo volver a ser un niño en una cama elástica
Air Fit, o cómo volver a ser un niño en una cama elásticalarazon

El mundo del fitness sigue dándonos titulares y presentándonos nuevas disciplinas que arrasan en los termómetros de tendencias, en gran medida por la fiebre que despiertan entre las celebrities más mediáticas del momento. Si ponemos nuestro radar en Hollywood y las redes sociales de sus inquilinas más famosas, descubriremos que el último grito está en el fitness sobre camas elásticas.

Nosotros hemos querido ir más allá, y conocer en profundidad y en primera persona las bondades de esta práctica deportiva, que forma parte incluso del entrenamiento de los astronautas de la NASA. En Holmes Place hemos podido disfrutar de una clase de 45 minutos de AIR FIT, la modalidad colectiva del ejercicio que practican cada mañana celebridades de la talla de Giselle Bündchen, Reese Whiterspoon o Suki Waterhouse.

La clase se estructura en diferentes tracks musicales de alta intensidad, con coreografías especialmente pensadas para trabajar piernas, glúteos y abdomen.

Lo primero que nos explica Juan Luis Muñoz, AIR FIT AMBASSADOR de Holmes Place en Madrid, es que aquí no se trata de saltar, sino de empujar la lona con la planta de los píes. Así que pronto se acaban las reminiscencias infantiles, pues aquí vamos a sudar la camiseta, y de qué forma....

Nos cuenta el gurú en la materia que según la intensidad con la que pisemos la lona, se suelen quemar entre 600 y 700 calorías por clase, a lo que nosotros añadimos el plus de hacerlo de una manera mucho más amena y divertida que en otras clases colectivas.

A diferencia del tan alabado running, el impacto aquí es mucho menor, con lo cual se reduce considerablemente el riesgo de lesiones. Además, como nos explica Juan Luis Muñoz, fortalecemos las articulaciones y mejoramos notablemente el equilibrio. Según vamos cogiendo confianza y dominio de la coreografía, seremos capaces de pisar con más fuerza al tiempo que elevamos más las rodillas, aumentando así la intensidad de un ejercicio que concluye con una serie de abdominales, y unos más que necesarios estiramientos. Así podremos pisar tierra nuevamente con plenas garantías, los huesos más fuertes, y por descontado, una buena dosis de agujetas como recompensa al trabajo bien hecho.