Moda
El destape llega a Manhattan
María Serrano. Carmen March dibuja una española hipersensual, poderosa y divertida para el invierno de Pedro del Hierro.
Principios de los años 80 en una céntrica discoteca madrileña. Una joven cierra los ojos y se deja llevar por su canción favorita. Sus pantalones, lánguidos, amplios y marcando cintura, son quizá una reminiscencia de la década que empieza a quedar atrás; su «top» encorsetado en lúrex, sin embargo, habla de todo lo que está por llegar. Mientras gira, su atuendo despide destellos bajo la luz negra del local, el abrigo que llevaba sobre los hombros cae, y ella sonríe. Esta es la mujer que Carmen March, directora creativa de Pedro del Hierro, ha dibujado para su nueva colección otoño/invierno 2015 2016. De nuevo, la diseñadora se ha inspirado en España para crear una colección que es, ante todo, divertida: si en la temporada pasada el Mediterráneo, sus playas y su clima se convertían en musa de March, esta vez ha escogido una etapa histórica: «Desde que empezamos con el proyecto he buceado en los archivos de la casa.
Destape postfranquista
Como se fundó en 1974 y tuvo una primera época muy potente, me interesaba entender qué sucedía en España entonces. Y es un fenómeno muy divertido y muy liberador para la mujer: el destape. Aunque después llegó un sector importante de la cultura que rechazaba esta etapa, a mí me parece que se habla demasiado de la Movida, pero que ésta no habría sido posible sin el Destape».
Pedro del Hierro Madrid viste y desviste a sus mujeres, exportando El Destape postfranquista a Nueva York, donde ayer se presentó esta brillante colección en una imponente presentación a orillas del río Hudson. Horas antes, March recibía a LA RAZÓN en sus «headquarters» de Manhattan. Y uno entiende a lo que se refiere cuando ve aparecer a las modelos, que esperan tranquilas su turno para demostrar que son merecedoras de vestir esos diseños: «Fue un momento importante de liberación para las mujeres, que comenzaron a tomar las riendas de su vida y de su sexualidad. Era una época de gran poderío femenino, de exploración y de alegría. Las mujeres comenzaron a tener un control y una independencia reales por primera vez en España, y la colección se inspira en este momento, en este espíritu y en esta alegría, en las ganas de divertirse», explica la directora, apasionada por el proyecto. Así, su sastrería se vuelve ligera, los accesorios minimalistas y los tejidos acarician la piel: sensualidad y libertad se unen en cada «look». «La idea de la liberación está presente en toda la colección: en la sastrería, en la combinación de prendas, en el patronaje... Quería que todo fuera muy ligero y que inspirara ansias de exploración. Hemos replanteado la sastrería y la ropa de día y le hemos añadido ese espíritu setentero tardío, grandes dosis de sentido del humor y mucha ambigüedad, que se explicita en la mezcla de la noche y el día», explica March. Para conseguir ese efecto de la noche ochentera se ha imaginado todos los tejidos bajo esa luz morado-azulada de las discotecas. ¿El resultado? «Hay muchísimo brillo: tiene un punto femenino, sexy y fuerte. La mía es una mujer que no sabes si viene o va».
¿Destape literal? Sin lugar a dudas. «La sensación de desvestimiento la recreamos a partir de la superposición de prendas: la mujer va bastante cubierta al principio del planteamiento, pero a medida que va avanzando la colección todo aquello que queda cubierto quiere dar a entender que en cualquier momento puede dejar de estarlo», explica March. Un planteamiento que se comprueba a lo largo de la muestra: la superposición de prendas como sastres cortados al canto que parecen «inacabados», faldas de cuero (buque insignia de la firma) o elegantes abrigos van dejando paso a blusas semitransparentes impresionadas con flores verdes y malvas e incluso «tops» que sugieren más de lo que enseñan. «Es un momento muy poderoso de la mujer, en la que ella misma expresa cuánto y cuándo quiere enseñar. Hay mucho lúrex, mucho cuero, terciopelos pintados a mano y otros con cristales que tuvimos que encargar: se trata de un tejido de la época que se ha dejado de fabricar. Hemos hecho un gran esfuerzo con los tejidos, son suaves y acarician la piel», explica esta diseñadora cuya expansión internacional parece imparable. Pedro del Hierro Madrid planea desembarcar en Rusia en 2016.
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