Dieta Clínica Mayo: resultados en menos de 15 días

Su nombre es puro marketing para ganar adeptos y credibilidad. No tiene ninguna relación con la prestigiosa clínica. Es una dieta con bajo aporte calórico, sobre unas 600-900 calorías y alta en proteínas. Prohíbe la ingesta de hidratos de carbono, grasas, alcohol y algunos lácteos. Por otro lado, se permite el consumo de huevos (hasta seis al día), pescado, carne, embutidos magros, las frutas y algunas hortalizas y verduras, además de café, té y agua. Es una dieta no apta para embarazadas ni para personas con problemas hepáticos o colesterol alto.

Lo bueno

Su distribución en tres comidas y su escasa lista de ingredientes, cuya principal técnica culinaria de cocinado es la plancha, la convierten en un método fácil de seguir, siendo deficitaria a nivel energético y provocando una disminución brusca de peso en menos de dos semanas.

Lo malo

El principal error es que con un aporte tan bajo en calorías diarias es imposible cubrir nuestras necesidades mínimas de vitaminas y minerales, además de provocar el famoso «efecto rebote» que se traduce en un aumento de masa grasa y pérdida muscular, existiendo una adaptación metabólica a la disminución drástica de la ingesta energética, que se caracteriza por una disminución del gasto energético o metabolismo basal. Además, no es una dieta equilibrada, ni variada, ni saludable, puesto que promociona fuentes proteicas como el embutido magro, cuya calidad, en general, no es buena, por su alto contenido en sal. Por otro lado, desaconsejar la ingesta de lácteos de forma generalizada no está justificado, puesto que es un alimento más a incluir en la alimentación, aunque no sea imprescindible. Son una buena fuente de calcio, vitamina D y vitamina A.

La nota: 1