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Hoteles de infinitas estrellas

El proyecto Space Suite ha hecho posible que, ahorrando, cualquiera pueda pasar una noche o un fin de semana en alojamientos hinchables que suben a 200 kilómetros

Empresas de todo el mundo han lanzado ya 19 hoteles «espaciales»
Empresas de todo el mundo han lanzado ya 19 hoteles «espaciales»larazon

El proyecto Space Suite ha hecho posible que, ahorrando, cualquiera pueda pasar una noche o un fin de semana en alojamientos hinchables que suben a 200 kilómetros

En 2006, el equipo barcelonés de Xavier Claramunt diseñó un hotel hinchable para llevar al espacio. Fue el primer proyecto de este calibre y en su momento se le llamó un hotel de infinitas estrellas. De acuerdo con el proyecto Space Suites, la construcción iba a estar ubicada a unos 450 kilómetros de altura, muy por encima de la línea de Karman, a unos cien kilómetros, que es la aceptada hoy como frontera hacia el espacio. Pero el proyecto cambió y la altitud elegida fue de 200 kilómetros finalmente.

Como todos sabemos, Space Suites se inauguró con sus primeros visitantes en 2018, justo cuando la primera misión humana a Marte hacía aterrizar a los primeros colonizadores del planeta rojo. El motivo de colocar una órbita «tan baja», al menos en términos espaciales, fue principalmente el económico. El combustible necesario se reducía a la mitad, el tiempo de vuelo era de apenas una hora, desde la partida hasta el anclaje de la nave en el hotel, y no era necesario llevar un transbordador específicamente diseñado, ni para los turistas, ni para la instalación del hotel. Una maniobra que aún hoy muchos recuerdan como un hito.

La estructura, de 8 habitaciones y una capacidad máxima para 20 personas, fue diseñada con múltiples capas de kevlar, fibra de carbono y nanotubos de aluminio, todos ellos con una alta capacidad para resistir el impacto de micrometeoritos. Los materiales elegidos permitían que la estructura se plegara para su envío y, una vez en el espacio, se desplegó en un evento televisado a nivel mundial.

La inauguración de Space Suites constituyó un hito realista en cuanto al turismo espacial debido a su bajo precio: por unos 30.000 euros era posible pasar un fin de semana largo en el espacio, algo que ya no estaba sólo al alcance de los millonarios. La realidad es que muy pocos querían ir a la Luna, menos aún pretendían visitar Marte, pero la mayoría de los turistas pagarían por ser puestos en órbita y vivir una experiencia sideral, según datos de la National Space Society. Los viajes, que incluían una capacitación de doce semanas, una primera incursión en vuelos de gravedad cero y copas concebidas para burlar la falta de gravedad, se han transformado en una industria que lleva a diario diez personas al cosmos.

En total, empresas de todo el mundo han lanzado 19 hoteles inspirados en el diseño de Claramunt. Una de esas es Booster, una de las primeras compañías con capital español y cuya lanzadera se encuentra en Zaragoza. Fueron ellos los que innovaron el traje de astronautas que ahora todos quieren tener como «souvenir». Creado en 2007 por Ted Southern y Nik Moiseev, cuenta con un casco con realidad aumentada, un dispositivo de administración autónoma de medicamentos (MAD, Medical Administration Device), tejidos inteligentes que impiden o al menos alertan de problemas en el sistema inmunológico de los viajeros y sensores que alertan de las actividades o eventos disponibles: paseos espaciales, la llegada de uno de los quince amaneceres o atardeceres diarios que se pueden observar y el que se ha convertido en el favorito de muchos: la pesca de micrometeoritos con redes robóticas.

- Fuente: Excepto por los nanotubos de aluminio y las fibras de carbono mencionadas para construir el hotel, todo lo relatado está basado en prototipos reales o que se están llevando a cabo ahora mismo.