Papel
El terror de los niños: aprender en verano
En vacaciones, queremos que nuestros hijos saquen el mejor partido a sus horas de ocio: actividad física, juegos vinculados a la imaginación y al pensamiento alternativo. La tecnología nos echa una mano para conseguirlo
En vacaciones, queremos que nuestros hijos saquen el mejor partido a sus horas de ocio: actividad física, juegos vinculados a la imaginación y al pensamiento alternativo. La tecnología nos echa una mano para conseguirlo.
Aprendizaje por todos lados
Se llama kubo y es... exactamente eso: un cubo. Pero no exclusivamente, el robot kubo, del tamaño de una lata de bebida, permite introducir a los más pequeños en el mundo de la codificación, pero también les enseña música, a deletrear
y a armar puzzles lógicos. Mediante un juego de etiquetas con tecnología RFID, se puede programar al robot para que siga un recorrido, detecte palabras mal escritas o entone una pieza musical. Los niños y niñas son quienes deciden qué hace y cómo, mediante el juego, la forma más sencilla y rápida de incorporar conocimientos nuevos. Y lo mejor de todo: no es a través de una pantalla. Por su tamaño, la duración de su batería y el peso, es muy fácil de llevar a cualquier sitio. 260 euros.
Para verlo todo con otros ojos
La curiosidad es uno de los ingredientes fundamentales del aprendizaje, pero a medida que avanzamos académicamente, se va perdiendo. Y con ella su hija predilecta: la imaginación. Una herramienta sencilla estimular la curiosidad es el Smartphone Microscope de Discovery, un microscopio que se puede utilizar en casa, ya que viene con una base específica, pero también se puede enganchar a cualquier teléfono móvil y actuar como un zoom 30x para ver los detalles macros de lo que nos rodea y fotografiarlos: desde los granos de arena hasta las hojas de los árboles, pasando por insectos o flores. Pesa menos de 100 gramos, es fácil de colocarlo en el teléfono y mide apenas 4 x7 cm. 15 euros.
Un sueño hecho realidad
A todos nos ha pasado (y también lo hemos hecho): los espacios en blanco convocan nuestro espíritu artístico y más de una vez hemos sido testigos de verdaderas «obras de arte» en los lugares menos adecuados: paredes, coches, mesas, televisores... Con los cascos Seedling se puede estimular esta conducta. Completamente blancos y diseñados para ser pintados por los pequeños de la casa, incluyen rotuladores y plantillas para crear diseños personales. Vienen un cable de audio estándar de 3.5 mm y se pliegan para guardarse con mayor facilidad. Eso sí, se recomienda su uso a partir de 8 años. 25 euros.
Nuevos conocimientos casi por osmosis
Imaginad poder convertir al iPhone o al iPad en una herramienta interactiva y de realidad aumentada con solo agregarle un dispositivo. Eso es OSMO. Gracia a su base y a su conexión con la cámara, OSMO puede ver lo que hay en la superficie sobre la que está apoyado, eso permite, en su forma más básica, interactuar con juegos, dibujando sobre papel mientras se interactúa con lo que ocurre en la pantalla. Hay opciones de puzzles, carreras con coches reales, bloques para realizar operaciones matemáticas , codificar o el programa Monster que permite, dibujar un objeto y que un personaje, en la pantalla, juegue con él. 50 euros.
Exclusiva para los pequeños
La tableta Squaggle Kids no solo cuenta con un diseño fácil de manejar para niños y niñas a partir de 4 años, también está construida con materiales resistentes, adecuados para sus usuarios. Tiene incorporadas más de 60 aplicaciones educativas premiadas y unos 324 juegos, rompecabezas y libros. También permite descargar aplicaciones directamente desde PlaySTore y, lo mejor, es que permite graduar el tiempo de uso: por ejemplo, a la hora de uso se apaga automáticamente. También es posible bloquear contenidos seleccionados y evita las compras en las aplicaciones descargadas. 100 euros.
Para los artistas
Gracias al Logitech Crayon iPad Pencil es posible contar, en un solo lápiz, con todos los colores del mundo. Este lápiz ha sido diseñado pensando en el uso por los más pequeños y su trazo imita lo mismo que ocurre con el uso en papel: de la inclinación, por ejemplo, depende el grosor de la línea, al igual que ocurre con la presión, que sirve para graduar la intensidad del color elegido. Es compatible con la mayoría de las aplicaciones educativas y tiene un sistema patentado que evitar que apoyar la palma de la mano en la tableta, produzca dibujos no deseados. 40 euros.
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