Belleza

En busca de su «charme»

Genoveva Casanova
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Genoveva Casanova está triste. ¿Qué le pasa a Genoveva? Nunca es que haya sido la alegría de la huerta, pero ahora se la ve más lánguida que nunca. Casi todas las mexicanas que he conocido son mujeres enérgicas, de amplia sonrisa, extrovertidas, atractivas. Y no digo que Genoveva no lo sea, pero le falta ese algo, ese «charme» que tan bien definen los franceses.

Genoveva se ha apuntado a un gimnasio cerca de casa y por fin ha conseguido estar en su peso. Se machaca con «body balance». Ella siempre ha tendido a acumular grasa en muslos y caderas; de hecho, aprovechó una intervención que tenía que hacerse para extraer un implante defectuoso en el pecho para hacerse una liposucción.

El distinguido doctor Juan Peñas Domínguez fue el elegido para ejecutar tal arreglo. Todo un acierto por parte de la ex de Cayetano Martínez de Irujo, ya que se trata del cirujano plástico que ha obrado algunas de los mejores remodelaciones del «star system patrio»: las de Elsa Pataky –el doctor Monereo no es el autor de su magna metamorfosis, como se rumorea– y las de Naty Abascal. Contrariamente a lo que cabría pensar, ella no fue otra de las damnificadas por las prótesis de «Poly Implant Prothèse», los famosos PIP que empezaron a fabricarse en Francia en 1991 y que han generado problemas a numerosas pacientes de todo el mundo.

Va habitualmente a hacerse tratamientos faciales al exclusivo centro de Maribel Yébenes, ya que tiene la piel muy sensible y necesita que se la cuiden con asiduidad.

El cabello se lo cuida el peluquero Alberto Cerdán y, a diario, utiliza los productos de Aveda en casa.