Características: Sinónimo del calor, es la fruta veraniega por excelencia. Altamente refrescante, se considera hermana del melón, y muchos la denominan «melón de agua» por la gran cantidad de H2O que posee. Su origen está asociado a agricultores egipcios que cultivaron esta fruta en el valle del Nilo.

Cantidad: En el desayuno o en la merienda en zumo o batido, y una porción media hora antes de la comida.

Ideal Combinada con: Sola o en macedonia con otras frutas, en verano se puede disfrutar en forma de polos de sandía con lima y hojas de menta.

Contenido calórico: El 90% de la sandía es agua y apenas aporta 32 Kcal por 100 gramos.

Para qué es bueno: Ayuda a combatir la sed, y es un potente agente hidratante sobre todo para personas mayores. Dos rodajas de sandía equivalen a un vaso de agua, con el plus de dulzura y frescor que aporta esta fruta. Su alto contenido en magnesio y potasio nos ayuda a reponer la pérdida de sales minerales.

Alguna contraindicación: Debe masticarse bien, pues de no hacerlo puede resultar indigesta.