Caso ERE
Chaves y Zarrías dejarán el escaño una semana después de su imputación
El PSOE justifica la tardanza en formalizar su renuncia por el «papeleo» requerido.
En el PSOE no existía «ninguna duda» de que tanto el ex presidente de la Junta Manuel Chaves como el ex vicepresidente Gaspar Zarrías renunciarían a sus escaños por Cádiz y por Jaén en el Congreso de los Diputados –perdiendo así su aforamiento– tras mantener el Tribunal Supremo la imputación contra ellos en la causa abierta por los ERE fraudulentos en Andalucía. Sin embargo, la inmediatez con que se proclamó la entrega de las actas de los parlamentarios no ha sido tal, pues han tenido que pasar cuatro días para la misma y ésta no se hará efectiva hasta una semana después del citado anuncio, a partir del 2 de julio. Apenas 24 horas después de que el secretario de Organización del PSOE, César Luena, asegurase que había aceptado «de inmediato» las renuncias de los implicados, en Ferraz asumían que este trámite les llevaría unos días. «Ha sido lo más rápido posible. Renunciar al acta requiere arreglar una serie de papeles», reconocen a LA RAZÓN fuentes socialistas.
Con el abandono de sus escaños, Chaves y Zarrías se unen al ex presidente José Antonio Griñán, que formalizó un trámite similiar en el Senado hace tres semanas. Una situación muy diferente a la del diputado José Antonio Viera que se ha aferrado a su escaño de diputado, y por tanto, a su condición de aforado, y ha solicitado su traslado al Grupo Mixto después de cursar su baja del PSOE.
A pesar del «convencimiento» en la determinación de Chaves y Zarrías de abandonar sus escaños –una decisión personal del implicado que el partido no puede cursar unilateralmente–, el PSOE vivió con incertidumbre los días posteriores al precipitado anuncio. Pedro Sánchez y Susana Díaz pidieron públicamente su renuncia «de manera inmediata» y el líder del partido incluso fue más allá amenazando con expulsar de la formación a aquellos que no adoptaran esta vía. Sin embargo, este procedimiento no encuentra base en el Código Ético rubricado por los socialistas, que sólo recoge la expulsión del partido cuando se produzca la apertura del juicio oral. El paso relativo a la imputación fue un apunte posterior surgido en un cruce de declaraciones entre Sánchez y Díaz, pujando por alzarse como el más contundente contra la corrupción en el seno del PSOE. «Tanto Susana como yo dijimos que en el momento de la imputación tendrían que abandonar sus cargos por responsabilidad política, endureciendo el Código Ético del partido», reconoció ayer el líder del partido, exhibiendo su compromiso por la regeneración democrática.
La reacción de Viera
Quien ha roto la baraja en este sentido ha sido Viera, que ha desoído cualquier presión del partido y ha planteado su propio pulso al PSOE. Tanto es así, que ayer en declaraciones a la cadena Ser justificaba el mantemiento de su condición de aforado para defender sus «intereses procesales» y lanzaba un mensaje a Susana Díaz, quien fuera su secretaria de Organización en Sevilla: «Espero que haya aprendido la lealtad que le enseñé, en todos los sentidos».
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