Roma

El buzón del Papa se llena con sólo escribir su nombre

La Razón
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sevilla- «Papa Francisco, Vaticano». Los datos del destinatario de la carta que envió una sevillana al nuevo Obispo de Roma eran exclusivamente esas tres palabras. Como quien se dirige a los Reyes Magos –¿cuántos niños no han visto cumplidos sus deseos lanzados al buzón con el nombre de Sus Majestades de Oriente a secas?–, la mujer redactó una emotiva felicitación para el sucesor de Benedicto XVI tras su proclamación, confiando en que la «mano divina» la guiara. Y así fue.

Transcurrida una semana de pontificado, esta profesional de la medicina decidió mandarle sus mejores deseos para el difícil camino que había aceptado emprender. El 21 de marzo abrió su corazón y el «atrevimiento» tuvo inmediata respuesta desde la Santa Sede a través de un sobre con el sello vaticano impreso. En su interior, dos «auténticos regalos» para ella: el primero, el agradecimiento papal trasladado por letra de Monseñor Peter B. Wells, asesor de la Secretaría de Estado. Un folio con membrete oficial y fechado en el mes de marzo pasado. Es decir, que transcurrieron como máximo diez días entre uno y otro envío. «La eché con la ilusión de que llegara, no pensaba que me contestarían», relata divertida.

Incluía también una estampa con la firma impresa del Papa en latín, «Franciscus». En el anverso no figura, como ha sido práctica habitual en los dos últimos papados, una imagen del máximo cargo de la Iglesia, sino «La Resurrección de Jesucristo», de Francesco Vecellio, óleo del siglo XVI que se conserva en la iglesia de San Salvador de Venecia. Un gesto más que, en su opinión, evidencia la sencillez de Jorge María Bergoglio, quien en su poco más de un mes como sucesor de Pedro está inculcando su sello para el profundo cambio que avanzó en la Iglesia.

Grandes gestos

Exactamente el mismo texto que llegó a un domicilio sevillano han recibido otras instituciones y personas tanto en España como en Argentina, según publicó esta misma semana un diario local. Aunque su repetición no hace sino sumar trascendencia al empeño de Francisco en demostrar que la cercanía con el sentir de sus «hermanos», como se dirige siempre en sus mensajes, no es una pose.

Lo más llamativo de la correspondencia con una madre de familia sevillana es que con un sello y el nombre de pila del destinatario recorriera felizmente los 2.300 kilómetros que unen Sevilla y Roma. Un periplo que, podría decirse, ha rozado el milagro, y desde luego sobrepasado con creces la buena voluntad. En Correos aseguran que «puede ocurrir, depende de quién la recoja en el buzón». Eso y la dosis necesaria de suerte pueden provocar que una carta llegara, por ejemplo, hasta Don Juan Carlos, simplemente indicando que se dirige al Rey de España.

El Papa del latín con acento porteño no se limita a «intimar» con el pueblo llano. Numerosos jefes de estado han desfilado por las dependencias vaticanas. «Su» presidenta, la argentina Cristina Fernández de Kirchner, abrió los encuentros en los que han primado las conversaciones en el idioma de la madre patria. De hecho, Mariano Rajoy ha sido el primer gobernante europeo en comparecer, aunque su mutismo acabó de retratar la deriva que ha tomado como mandatario. Tuvo que ser Francisco quien detallara los pormenores de la audiencia para conocimiento de todos los españoles. Y eso siempre es de agradecer incluso para quienes no son Iglesia.