Literatura
«La sociedad está muerta»
Apasionado por el deporte y defensor de la solidaridad, asegura que «tenemos que despertar» porque juntos «somos capaces de todo»
–¿Qué es lo que hace falta para que alguien logre el 100x100?
–Actitud, que es algo fundamental en la personalidad de un individuo. Creo que con eso se puede conseguir lo que realmente se quiere en esta vida, pero sobre todo siendo consciente de las limitaciones que tenemos cada uno.
–Así que somos nosotros mismos los que nos ponemos nuestro propios frenos.
–Absolutamente. Creo que hay una enfermedad epidémica en este mundo, que ataca a todos, que es lo que nos impide avanzar. Esa enfermedad es el miedo.
–El miedo se quita haciendo lo que temes.
–Además yo soy de los que piensan que al miedo no se le borra, si no que se le vence.
–Todo depende de lo libres que queramos ser.
–No ya libres, pero sí es cierto que superando los miedos siempre pasan cosas muy buenas. Estamos acomodados y la rutina, lo habitual, lo que tenemos controlado, saliendo de ahí pasan cosas muy interesantes.
–Nos quitamos el miedo a ponernos de pie, a encender el fuego, a hacer herramientas, a cruzar el océano, a hacer la bomba atómica...
–Descubrir América fue un error porque querían ir a las Indias. La bombilla la inventó un señor que como él decía no fracasó 999 veces si no que encontró 999 maneras de no hacer una bombilla. Esa filosofía, esa actitud, falta mucho en la sociedad porque tenemos miedo a fracasar. Es algo que nos han metido desde hace mucho tiempo en nuestra cultura, nos cuentan que el fracaso es una losa muy pesada que no nos permite levantarnos. Nadie quiere fracasar, pero de los errores es de lo que más se aprende. Por eso, en Estados Unidos se premian tanto las lecciones que dan los errores.
–Y mientras tanto nosotros todo el tiempo mirando el móvil una y otra vez, todo el día. ¿Nos estamos perdiendo muchas cosas?
–Muchísimas, creo que la sociedad actualmente está muerta. Por mi trabajo estoy con personas de muchos colectivos y perfiles, pero veo que la gente está muerta. Tenemos que despertar. Pasó cuando España ganó el Mundial de Fútbol, es la única vez que he visto a la gente en las calles por algo. Somos capaces de todo o de casi todo, sólo hay que querer y no salirnos de los sitios. A la primera piedra nos frustramos, pero son esenciales los factores de la paciencia y la constancia. Creo que eso es importante para ser feliz.
–No paran de decirnos que hay que ser sanos, guapos, eficientes, pero no nos dicen que seamos felices.
–Ahí es donde está la clave. Lo pensaba cuando creé la marca 100x100 y en el libro que estoy escribiendo se habla de que en mi vida no había coherencia entre lo que pensaba, quería y lo que hacía. Es un tema muy profundo, pero muy importante porque cada uno tiene que conocer sus propias capacidades y sobre todo gustarse para ganar confianza y comerse el mundo.
–Pero alguien se beneficiará de que estemos todo el día como zombies.
–Desde luego al poder político y económico les beneficia que la gente no se mueva y no sean ciudadanos activos que luchemos por cosas que hay que perseguir. La sociedad cambiará mucho y necesita hacerlo a niveles de valores. Con este proyecto lo que he querido es sacar a la luz todos mis errores y la cantidad de fracasos que he tenido a lo largo de mi vida, porque la gente se siente identificada con personas como yo, normales, que somos capaces de cambiar su pequeño rincón del mundo.
–¿Cuál fue su mayor fracaso?
–Pues tengo 45 años y hasta los 32 en mi vida no había coherencia entre lo que pensaba y hacía. Hasta que no me pasó una cosa, no me di cuenta de que era una persona muy afortunada, pero vivía de una manera muy distinta a la de ahora.
–¿No le parece que este tipo de preocupaciones son para gente que lo tiene todo? Quiero decir, que esto en países subdesarrollados ni se plantea.
–Cuando la gente no tiene las necesidades básicas para vivir, este tipo de cuestiones como la depresión no existen. Hay que ir a esos sitios para saber de verdad qué es lo que tenemos, porque no tener nada, nada, es muy distinto. Eso te sirve para saber la cantidad de cosas que no necesitamos. Para mí, ayudar a los demás es una medicina, porque quienes nos ayudamos somos nosotros mismos.
–Al final todo es una cuestión de egoísmo.
–Para mi la solidaridad, sin ningún tipo de cuestión religiosa, la entiendo con el simple hecho de ayudar a los demás, pero es un acto de egoísmo que me permite por un lado que mis problemas sean mucho más pequeños de lo que son. Animo a la gente a probarlo y te haces un bien a ti mismo.
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