Sevilla
Moreno achaca a Díaz la etapa andaluza «más estéril»
La tilda de «lady Broncas» y la presidenta le reclama a él «algo de valor»
La tilda de «lady Broncas» y la presidenta le reclama a él «algo de valor»
Hay posiciones que no son intercambiables. Se evidenció ayer en la última sesión de control al Gobierno en el Parlamento andaluz antes de las vacaciones de verano, en la que la distancia entre la presidenta de la Junta, la socialista Susana Díaz, y el líder de la oposición y presidente del PP-A, Juanma Moreno, volvió a quedar de manifiesto. El popular la culpó de protagonizar el que probablemente haya sido «el periodo más estéril para los andaluces de la historia democrática» de la comunidad y le afeó la gestión de su Ejecutivo en materias como sanidad, educación o dependencia. «Su balance es tan pobre», le lanzó Moreno, «que se ha hecho una enmienda a la totalidad, cambiando la mitad de su Gobierno para que todo siga exactamente igual». «Eso sí –añadió–, ha mantenido uno de los grandes clásicos del socialismo: usar las instituciones y ponerlas siempre al servicio del PSOE». Y si ésa es para el líder del PP-A la «marca de la casa», la personal de Díaz «es la bronca» para «tapar su ineficacia». Es más, aseveró que la socialista se ha convertido en una «lady Broncas», que «tiene que inventarse» un conflicto «permanente con todo y con todos» para ocultar la «incompetencia». «Su proyecto político es Susana Díaz», le espetó Moreno, a quien también le tocó encajar, llegados los turnos de palabra de su rival política.
«La marca de su casa es el cinismo, el desahogo y además la nada, que es lo que ha traído aquí a lo largo de este periodo de sesiones, nada», disparó la máxima dirigente de la Junta. Y la personal, en su caso, el que «cada vez que hay un ataque a Andalucía», Moreno «se esconda» como, según Díaz, sucedió con las inversiones para la región, los recortes al Presupuesto, al objetivo de déficit o a «los derechos de los trabajadores», en alusión a la polémica por la jornada laboral de 35 horas para los empleados públicos, que Moreno le criticó haber implantado «a sabiendas» de que «era inconstitucional». Volvió a echarle en cara al presidente de los populares el bloqueo del inicio de la legislatura y que no le interesen los datos «positivos», como el que se hayan superado los 2,9 millones de ocupados en la comunidad, o el que se negocie «para poner climatización en los centros escolares», mientras «en otros sitios dan abanicos de papel», en referencia a la Comunidad de Madrid, donde gobierna el PP. La presidenta acabó mandando a Moreno a buscar «en el diccionario de la RAE» qué significa gallardía, valor o determinación e intentar, «a la vuelta del verano», llevar a la Cámara «algo de valor en la defensa de Andalucía, para que el balance que tenga no sea el de la nada, como hasta ahora», proclamó entre aplausos de su bancada.
La foto de una anciana tumbada entre la gente en una camilla en las Urgencias de un hospital sevillano que Moreno mostró en el plenario para exigir mejoras en sanidad protagonizó varios de los momentos más tensos del «cara a cara», hasta el punto de que Díaz le replicó que «las personas decentes no utilizan el dolor de la gente» y que hacerlo daba la medida de su «talla».
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