Sevilla
Riqueza otoñal
Se ha inaugurado recientemente la temporada operística del Teatro de la Maestranza de Sevilla con la excelente propuesta del drama bufo «Don Pasquale», de Gaetano Donizetti, a cargo de Corrado Rovaris como director musical y Laurent Pelly como director de escena así como diseñador de vestuario. La joven soprano Sara Blanch brilló en el papel de Norina con gran riqueza de registros musicales y dramáticos; asimismo destacaron el bajo-barítono Carlos Chausson, caracterizado en un Don Pasquale patético, y el barítono Joan Martín-Royo con ese personaje tan agradecido como es Malatesta, que engatusa al anciano protagonista y que planifica el plan para que los jóvenes Ernesto y Norina puedan ser felices con su amor. Otro logro de esta divertida ópera recae en la escenografía, con un decorado central que gira e incluso llega a ser invertido; su concepción recuerda al expresionismo alemán en el gusto por las líneas oblicuas, también presentes en las fachadas de las casas de ambos laterales. Sería injusto olvidar la puntual pero precisa intervención del Coro de la Asociación de Amigos del Teatro de la Maestranza, especialmente en la escena tercera del último acto. A modo de aperitivo para el inicio de la nueva temporada, en otra sala del mismo teatro se presentó «La ciudad de la ópera», dirigido por Alberto Alprensa y producido por Ignacio Delgado. Se trata de un documental divulgativo conducido por el barítono malagueño Carlos Álvarez y realizado en colaboración con el Instituto de la Cultura y de las Artes de Sevilla, ICAS, en el que a lo largo de poco más de una hora se recorren los escenarios de algunas de las más de 150 óperas ambientadas en la capital.
En uno de los espacios más reconocidos de la ciudad, el Teatro Lope de Vega, a pleno rendimiento con la nueva temporada, recaló hace unos días el excelente mago Juan Tamariz, que una vez más sorprendió a espectadores de todas las edades con sus geniales juegos de cartas y adivinaciones. Completaron su brillante y divertidísima intervención el mago argentino Alan y la colombiana Consuelo Lorgia, descendiente de una reconocida saga de ilusionistas y casada con Juan Tamariz.
Hasta mañana podrá verse, también en el Lope de Vega, la adaptación que el granadino Juan Dolores Caballero, más conocido como «El Chino», ha realizado de «Las aves», de Aristófanes, cuyo texto conecta con la situación de una Cataluña convertida en la Arcadia feliz por mor de una república independiente en la que no faltará nada. Aunque los dardos de su adaptador y director van en su mayor parte destinados a los líderes supremacistas no se escapa nadie de su aguda mirada. Teatro de autor con el claro marchamo de «El Chino» y su gusto por huir de los cánones de la belleza, «Las aves» ofrece una galería de personajes que bien podrían formar parte del reparto de «Freaks», de Tod Browning, o de algunos títulos de Fellini. Hay un soberbio trabajo de dirección y actoral, con un especial énfasis en la labor vocal y corporal, para mimetizar los movimientos de los pájaros. En la estupenda relación de actores sobresale el trabajo, en la piel del protagonista masculino, de Belén Lario de Blas, a quien «El Chino» sabe extraer su ingente talento.
La oferta en otros teatros públicos andaluces no desmejora la del escenario sevillano, así, por ejemplo, en el Teatro Cervantes de Málaga se pudo ver el pasado fin de semana al popular conjunto «El Tricicle» con su excelente montaje «Hits», una recopilación de sus mejores momentos, que también podrá verse en Jaén, Jerez y Huelva en la segunda quincena de noviembre mientras que en Córdoba estará en cartel durante el puente de la Inmaculada.
Hasta este sábado se podrá disfrutar en la capital gaditana del Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz, que alcanza ya 34 años de existencia y que vuelve a contar con el Falla como su más preciado escenario. Justamente en este mismo espacio se podrá disfrutar a principios de noviembre del trabajo de Concha Velasco en «El funeral», con la que se completa esta riquísma oferta escénica otoñal en Andalucía.
La vida es bella
Confesiones
La joven artista argentina Jazmín Ducca ha recopilado en «Lo que no te dije» algunos de los mejores mensajes que ha recibido de personas que se quedaron con ganas de decir algo a una persona cercana. Inició una campaña en redes sociales con tan extraordinaria acogida que ahora ha seleccionado en un libro los mejores de estos textos, que destacan por su sencillez y contundencia, cuando no por la emoción que transmiten.
Por su título, «Quién mató a mi padre» bien podría tratarse de una novela policíaca pero está muy lejos de formar parte de la literatura negra. Al igual que los mensajes de «Lo que no te dije», es una confesión, de mayor extensión en este caso, del joven escritor francés Éduard Louis a su padre. Este excelente libro está dividido en dos partes bien diferenciadas y es en la segunda, mucho más breve, cuando adquiere pleno sentido el título del mismo. Previamente, el autor rememora episodios familiares vividos por él en primera persona en los que reprocha a su padre su actitud nada condescendiente con él, comportamiento que se explica en parte por la propia infancia vivida por su padre, que Éduard Louis también narra. Hasta ese momento el libro podría pasar por un personal ajuste de cuentas del autor hacia su padre pero en sus páginas finales cambia el tono y el enfoque para recriminar contundentemente los recortes sociales decididos por distintos presidentes y ministros, enumerados con nombres y apellidos, que contribuyeron a un empeoramiento de las condiciones de vida de los más desvaforecidos de la sociedad, entre los que se encuentra su propio padre.
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