Política
Susana Díaz confirma que emulará a Vara y no facilitará el cambio
La presidenta en funciones aspira a la investidura si el PSOE controla la Presidencia del Parlamento
Susana Díaz hace oídos sordos a aquellos que con más o menos claridad le reclaman que dé un paso al lado para facilitar que el PSOE conserve la Presidencia de la Junta de Andalucía. Tampoco está por labor de permitir a través de una abstención de su partido que la mayoría simple que han conformado el PP y Ciudadanos gobierne en la comunidad. La consigna es la que ya adelantó este periódico días después del resultado electoral: resistir en la oposición como hizo Guillermo Fernández Vara en 2011 en Extremadura tras perder la Presidencia y tratar de recuperarla en la siguiente convocatoria electoral –como así sucedió–.
La presidenta de la Junta en funciones, Susana Díaz, sigue fiel a su rutina de todos los años. Un diá después de el discurso del Rey concedió una entrevista a la Cadena Ser en la que repasó la actualidad de las últimas semanas, que pasa por el previsible pérdida de San Telmo en los próximos días. Pese a ello, Díaz aseguró que no va a hacer «un Rajoy ni un Arrimadas» y que se va a presentar a la investidura. Hay que recordar que el ex presidente del Gobierno Mariano Rajoy y la líder de Cs en Cataluña, Inés Arrimadas, no hicieran lo propio tras ganar las elecciones generales en 2016 y las catalanas en 2017, respectivamente.
Esta previsión choca con el Estatuto de Autonomía de Andalucía que apunta en su artículo 188 que es el Presidente del Parlamento, previa consulta a los Portavoces designados por los partidos o grupos políticos con representación parlamentaria, el que propondrá un candidato a Presidente de la Junta. Por tanto, para que Díaz pueda presentarse no es suficiente con liderar el partido con más representación. La elección mañana de la Mesa de la Cámara es clave.
Si finalmente se produce el cambio de Gobierno en Andalucía, Susana Díaz ya prepara su discurso, que pasa por quedarse liderando la oposición y servir de «freno» a Vox, partido que denomina como de ultraderecha: «No hay nada más importante que tener coherencia, y hemos ganado aunque por debajo de nuestras expectativas. ¿Qué le voy a decir a los andaluces que si no gobierno me voy? Lo mínimo es quedarme en la oposición y con el orgullo de que el PSOE-A ha vuelto a ganar», justificó.
En esa construcción del discurso que justifique que permanezca en el Parlamento, Díaz tampoco ve objeción alguna por parte de la dirección federal de su partido y aseguró que se siente «muy respaldada» por los militantes y que tiene el apoyo de todos sus compañeros: «Existe la tradición en el PSOE de que nunca se le pide que se vaya a quien ha ganado unas elecciones; no se le ha pedido ni al que pierde, pues mucho menos al que gana».
«Tengo ilusión y ganas de parar a la extrema derecha y que el PSOE-A se convierta en ese dique de contención. Siempre que ha llovido ha escampado y en la laguna se ha trillado», argumentó.
El PSOE sigue sin desarrollar una autocrítica más allá de justificar los pobres resultados obtenidos en los pasados comicios por la alta abstención. Según la presidenta en funciones, «Andalucía no se acuesta de centro izquierda y se levanta de derechas, sino que el auge de la extrema derecha ha pasado Los Pirineos y Despeñaperros y hay que hacer frente con un cordón sanitario».
Por último, Díaz esgrimió el mismo mensaje que los distintos portavoces del PSOE andaluz han ofrecido en los últimos días: el miedo a la derecha, acompañado de la presión sobre el presidente de Cs, Albert Rivera, para que aclare si está dispuesto a «entregarse a la extrema derecha o si le va a decir a sus socios europeos que ya no representa ese liberalismo moderno europeo», equiparándolo a Salvini y Le Pen.
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