Política

Díaz lanza un mensaje al PSC y aboga por la unidad de los españoles

La presidenta de la Junta de Andalucía ha pronunciado su tradicional discurso de fin de año

Susana Díaz, durante la grabación del tradicional mensaje de fin de año a los andaluces.
Susana Díaz, durante la grabación del tradicional mensaje de fin de año a los andaluces.larazon

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ha abogado, durante su tradicional mensaje de fin de año a los andaluces, por fortalecer la unidad y la “armonía” entre todos los españoles, lo que ha considerado “compatible” con la diversidad.

No cedió a la tentación de centrar el foco en su futuro personal, aunque sí aseveró que España lo «tiene». Más allá de esa afirmación, el discurso de fin de año de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, no dijo nada relativo a sus aspiraciones de convertirse en la líder del PSOE federal, si es que las tiene. Aunque sí aludió a debates nacionales al sostener que la comunidad debe «tener voluntad» de aportar al progreso de España y «anteponer el interés general a cualquier otra consideración» para «fortalecer la unidad y la armonía entre todos». Una unidad que «es compatible con la diversidad», que permite «construir un país más atractivo en derechos, libertades y oportunidades». Abogó también Díaz por otra de sus banderas: la «igualdad de los españoles», vivan donde vivan, y dado que la historia ha demostrado que en la desigualdad, a los andaluces siempre les «toca la peor parte», recordó, para avisar a navegantes de que la región «no quiere ser más que nadie», pero no aceptará «ser menos». Era su cuarto mensaje navideño, el que corresponde a un año que «ha estado cargado» de «demasiadas incertidumbres» y habló a los andaluces desde Doñana, cuya protección se ha ampliado pero sobre el que planean polémicos planes gasísticos. Les dibujó una comunidad «con estabilidad institucional», frente al desasosiego general; la primera del país en contar con un Presupuesto para 2017 y que, según dijo, «ha cogido velocidad de crucero».

Sacó pecho por los 148.000 parados menos que en 2015, aunque garantizó que seguirá trabajando «en favor del empleo» y para recuperar los derechos perdidos, consciente de la certeza desdichada de la existencia aún de casi un millón de personas sin empleo. E hilvanó el resto del discurso con guiños a múltiples sectores: a los autónomos, a las mujeres, a los refugiados, a los profesionales de la educación, a quienes indicó que sabe que hay que «profundizar en la calidad de la enseñanza» –los malos datos del PISA aún humean–; o a los de la sanidad, «mantenida en pie», pese a los recortes «impuestos», aunque les reconoció que se han «cometido errores» –las protestas en las calles por una sanidad digna se han repetido en varias provincias–.