«Cybercamp 2016» convierte a León en la capital mundial de la ciberseguridad

León será, hasta el próximo domingo, la capital mundial de la ciberseguridad, con la celebración del «Cybercamp 2016», que reúne a más de 6.000 personas. Algo de lo que se siente «muy orgulloso» el alcalde, Antonio Silván, y demuestra que los organizadores no se han equivocado con la elección de la sede.

León será, hasta el próximo domingo, la capital mundial de la ciberseguridad, con la celebración del «Cybercamp 2016», que reúne a más de 6.000 personas. Algo de lo que se siente «muy orgulloso» el alcalde, Antonio Silván, y demuestra que los organizadores no se han equivocado con la elección de la sede.

Y es que, según destacó la cita es «una oportunidad única para la industria y la actividad económica» en una ciudad que «apuesta» por la ciberseguridad y las nuevas tecnologías para constituir «un sector importante de peso en la actividad económica».

Antonio Silván señaló que la intención de León es «seguir siendo la capital de la ciberseguridad» para lo que dispone de «todos los elementos» como son el Incibe, además de la voluntad y «una auténtica unidad institucional» por ese objetivo, así como la presencia de la Universidad.

Asimismo, indicó que «León quiere ser un pilar básico en ciberseguridad» y para ello, el regidor tendió la mano a que la cuarta edición de este certamen pueda celebrarse el próximo año en los 9.000 metros cuadrados disponibles dentro del Palacio de Exposiciones, ya que en ese momento el recinto estará «a disposición del Cybercamp y de cualquier evento que tenga el denominador común de la ciberseguridad y las nuevas tecnologías» porque León ha demostrado «estar a la altura».

Silván también resaltó la importancia de la ciberseguridad «a la vista en el incremento de los índices dedelincuencia en las redes». En este sentido, recordó que «en España, en 2016, se superarán los 100.000 incidentes de ciberseguridad por los 76.500 registrados el pasado año, que afectan al ámbito privado, pero también a infraestructuras críticas para el funcionamiento de servicios fundamentales de nuestro día a día». «Estamos ante una amenaza global cuyo coste anual se sitúa hoy en el billón de euros y que no puede ni debe ser combatida individualmente», concluyó.