Desciende hasta situarse en regular la Sanidad pública de Castilla y León

Los servicios sanitarios de Castilla y León han bajado a una nota de regular, tal y como refleja el XII Informe de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, al pasar de 72 a 64 puntos, aunque la colocan como la quinta mejor en España.

Canarias, Valencia y Cataluña son las comunidades autónomas con peores servicios sanitarios, miemtras que País Vasco, Navarra, Aragón y Asturias tienen los mejores, aunque en el último año se ha detectado un «empeoramiento generalizado» motivados por los recortes en la sanidad pública.

En el anterior informe, los servicios sanitarios de Castilla y León merecieron una puntuación de 72 puntos, ocho más que en el presentado ayer, en el que la puntuación media obtenida por las autonomías sumó 59,59 puntos frente al 61,76 de hace un año.

En dicho estudio se analizan 24 parámetros de financiación, recursos y funcionamiento en los que Castilla y León figura como la quinta comunidad por presupuesto sanitario per cápita en 2014, con 1.309 euros. De acuerdo a esos datos, la Comunidad tiene 3,9 camas por cada mil habitantes y 8,79 quirófanos, con 1,8 médicos de atención especializada por mil, y 1,1 en atención primaria, así como 3,07 y 0,78 enfermeras especializadas y en primaria, respectivamente.

Las cesáreas son 26,99 pro mil, con un coste por alta hospitalaria de 4.264 euros y un gasto farmacéutico per cápita de 216,88 euros y un incremento de ese gasto del 2,69 y un uso de genéricos del 25,98. El informe también recoge la opinión ciudadana basda en los datos del barónmetro sanitario de 2014 del CIS, que en el caso de Castilla y León arrojó un 6,57 en satisfacción de los servicios sanitarios públicos.

El presidente de esta Federación, Marciano Sánchez Bayle, ha asegurado que desde 2009 los servicios sanitarios públicos han sufrido «una agresión continuada» con un proceso de recortes que se traduce entre 15.000 y 21.000 millones de euros menos de presupuesto en general.

Además, se han reducido los recursos humanos, con cerca de 40.0000 profesionales menos y ha aumentado la disparidad de la calidad de los servicios sanitarios entre regiones y la diferencia entre ellas es «excesiva» y ello «pone en peligro la necesaria cohesión y equidad entre territorios».

Asimismo, el peso de la sanidad privada es más fuerte en unas regiones que en otras, como Madrid, Cataluña, Valencia o Baleares