Castilla y León
La lluvia y el viento no desluce la solemnidad y belleza del Jueves Santo en Castilla y León
Aunque la climatología provoca la reducción de muchos recorridos y la suspensión de algunas procesiones
Los castellanos y leoneses y turistas se pasaron todo el Jueves Santo mirando al cielo. Los negros cielos pronosticaban lo peor, pero la mala climatología y la lluvia no provocó deslucir la solemnidad y belleza de las procesiones en nuestra Comunidad.
Si que es verdad que no fue una jornada habitual, pero muchas de los desfiles, sobre todo los de la mañana, pudieron salir por las principales calles de las capitales y pueblos de la Región, aunque en muchas ocasiones los recorridos se tuvieron que reducir.
Un ejemplo fue la Procesión del Santísimo Cristo de la Luz, una de las más emblemáticas de la Semana Santa vallisoletana. Con media hora de retraso la imagen salió del Palacio de Santa Cruz acompañada de la Hermandad Universitaria.
Portado por 24 cofrades la imagen realizó su recorrido acompañado por el claustro universitario, con el rector Antonio Largo Cabrerizo al frente, y secundada por autoridades como el delegado territorial de la Junta en Valladolid, Pablo Trillo, la concejala de Cultura y Turismo, Ana Redondo, o la dirigente popular Mayte Martínez, entre otros.
Por otra parte, la Cofradía del Bendito Cristo de los Afligidos cumplió con la tradición, en esta ocasión bajo un cielo nublado, y dio a conocer los actos del pregón y la posterior procesión que la cofradía protagonizará en la jornada del Viernes Santo en la localidad leonesa de Astorga.
También la Cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla, del municipio zamorano de Toro pudo llevar a cabo la Bendición de los Conqueros, popularmente conocidos como «Cagalentejas», uno de los actos más célebres y esperados de la Semana Santa toresana, que goza del reconocimiento como Fiesta de Interés Turístico Regional desde diciembre de 2007.
Ya por la tarde la cosa se empezó a torcer y la mala climatología siguió haciendo de las suyas y obligó a suspender la XXXIII edición de la Pasión Viviente de la villa ducal burgalesa de Lerma, un acontecimiento que durante décadas ha reunido a miles de visitantes para presenciar esta tradición en la que participan cerca de 250 vecinos.
Lo mismo sucedió en otros desfiles procesionales de las principales capitales de provincia, aunque según avanzaba la tarde del Jueves Santo las condiciones mejoraron y durante la tarde y la noche la mayoría de las procesiones si que pudieron realizar sus estaciones de penitencia y sacar sus pasos a hombros para el disfrute de vecinos y visitantes.
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