Sociedad

«No creí que hubiera tanta necesidad»

El primer comedor social a coste cero, en Palencia, que lidera Pepe Calderón, alcanza las 155 comidas dal día

Una de las usuarias de este comedor
Una de las usuarias de este comedorlarazon

Lo que empezaron siendo doce servicios el primer día, se han convertido seis meses después en 155 comidas -con un primero, un segundo y un postre- que se dan cada día en el comedor social «Siempre contentos», que gestiona la Asociación Benéfica Virgen de la Soledad de Palencia. «Nunca pensé que pudiera llegar a hacer tanta falta este comedor social en la ciudad», señala a la agencia Ical el alma máter de este proyecto, Pepe Calderón, preocupado por una crisis que parece no tener fin, pero a la vez satisfecho y orgulloso de poder aportar su granito de arena para que muchos palentinos sin recursos puedan llevarse algo a la boca y al estómago. Si bien, se congratula de que muchas personas que han pasado por el comedor y ya no vuelven porque han podido ir solucionando sus problemas gracias a tener cubierta la comida.

El pasado 31 de octubre fue cuando empezó su andadura este ambicioso y solidario proyecto, que cuenta con un centenar de voluntarios en varios turnos para poder atender la creciente demanda, y se surte de donaciones de empresas, restaurantes y particulares, junto a las aportaciones de unos 60 socios con una cuota inicial de seis euros al mes. Pero no ha sido fácil su andadura, «porque también tuvo y tiene aún sus piedras en el camino después de seis años de trámites, captación de recursos, obras y permisos y sin ayudas públicas», recuerda Pepe Calderón, quien, pese a todo y las numerosas trabas iniciales, considera que el funcionamiento es normal y con un excelente ambiente gracias a la buena sintonía entre la directiva de la Asociación Benéfica Virgen de la Soledad y los voluntarios.

Y es que, se trata del primer comedor social a coste cero de Europa, en el que se da gratis de comer a las personas que lo necesitan derivadas de Cáritas, Cruz Roja y Servicios Sociales de instituciones públicas. Y además, con una amplia lista de espera.

Más universitarios

El perfil de los comensales o familias que acuden a este comedor social es, principalmente, el de empresarios autónomos que han tenido que cerrar sus negocios. Pero Calderón advierte de que entre sus inquilinos se encuentra también cada vez más gente joven y universitaria en paro que no tienen ningún otro tipo de ayuda.

Lo que más impresiona al también presidente del Banco de Alimentos es la solidaridad e implicación de la gente anónima, «que aporta incluso lo que no pueden», apunta.

La colaboración altruista de cerca de un centenar de empresas y entidades ha permitido aportar los casi 1,5 millones de euros que ha costado la construcción y acondicionamiento del local, que dispone de 315 metros cuadrados útiles y 25 mesas con cuatro sillas para dar cien comidas en cuatro turnos distintos y capacidad para alcanzar las cuatrocientos al día. El local cuenta con siete cuartos de baño –dos para hombres, dos para mujeres, uno para minusválidos y dos más para los trabajadores- una barra de autoservicio y una gran cocina industrial, en la que trabajarán ocho voluntarios por turno de diez de la mañana a cinco de la tarde.

En otro orden de cosas, Pepe Calderón confirmaba a Ical que el próximo 8 de mayo abandonará la presidencia del Banco de Alimentos de Palencia, tras 17 años de andadura, Lo hará con motivo de la entrega de 15.000 euros en alimentos por parte de los sindicatos de Renault de Palencia, Valladolid, Madrid y Sevilla. Para este inquieto emprendedor el comedor es un proyecto propio y en el Banco de Alimentos ya ha peleado mucho y considera que ha hecho todo lo que tenía que hacer. «Me voy con la cabeza alta, con donaciones que dejan los almacenes llenos y una furgoneta recién adquirida», destaca, tras animar a los palentinos a que sigan apoyando a esta oenegé.