Libros
«Algunos narcotraficantes están enfadados porque no aparecen en “Fariña”»
El periodista Nacho Carretero asegura que «el coste del secuestro del libro tiene que ver con el anímico. Ves que un trabajo tuyo está prohibido, no se puede vender. Eso es muy frustrante. Muchos me decían “esto te irá bien”»
El periodista Nacho Carretero asegura que «el coste del secuestro del libro tiene que ver con el anímico. Ves que un trabajo tuyo está prohibido, no se puede vender. Eso es muy frustrante. Muchos me decían “esto te irá bien”»
Sin que su autor lo pretendiera, «Fariña» se ha convertido en un fenómeno que va más allá de lo puramente literario. Sus recientes líos judiciales, que provocaron para sorpresa de todos el secuestro de la edición, ha hecho que siga el interés por esta inteligente crónica del mundo del narcotráfico en Galicia. El libro sale ahora en catalán de la mano de Navona.
–¿Ha acabado la persecución de «Fariña»?
–La parte más terrorífica que era la más incomprensible sí acabó. El libro ya está libre y ese era el objetivo prioritario. Era lo que la editorial y yo teníamos más ganas que se solucionase. Se solucionó con un añadido: en el auto de recurso la Audiencia Provincial de Madrid especifica claramente que lo que cuenta es veraz y corresponde a una investigación. Eso es algo que a mí, como periodista, me alegra leer porque, por primera vez, veo una respuesta por parte de la Justicia que no es negativa. Ahora falta la sentencia acerca de la demanda, de la vulneración al honor que este hombre [el ex alcalde de O Grove] dice que se ha cometido. Todo apunta, por lo que pide el fiscal, que quedará desestimada, pero estamos aún esperando que se dicte.
–Además de la espera de esa sentencia, ¿ha terminado la vida judicial del libro? Se lo pregunto porque a raíz de la serie homónima de televisión, algunos han pedido otro secuestro de «Fariña».
–No lo sé. Lo que sí sé es que cuando se ejecuta el secuestro, en un primer momento, hay una cola de gente que dice «a ver si pillo». La gente que está en esa cola con respecto al libro es gente que es nada en el libro. Son los que intentan sacar un beneficio económico de esta situación. Creo que ahora que se va enderezando la situación, todo se vaya poniendo en su sitio.
–¿Qué coste tiene todo esto para un periodista?
–El primero tiene que ver con el anímico. Ves que un trabajo tuyo está prohibido, no se puede vender. Eso es muy frustrante. Muchos se me acercaban y me decían «esto te irá bien», pero escuchaba eso con escepticismo. No sé si la ecuación a la larga saldrá bien, ni me preocupa. El libro ya estaba funcionando y llevaba 40.000 ejemplares vendidos, además de una serie de televisión. Era más de lo esperado.
– Hablemos de algunos de los protagonistas del libro, como Sito Miñanco. ¿Es verdad que en la cárcel tenía el guión de «Fariña»?
–Lo tenía. No se sabe cómo llegó a él con lo que queda demostrado el poder que llega a tener esta gente en Galicia. Nos enteramos un día que estaba en la productora con el productor ejecutivo. Te asustas porque muy poca gente tenía el guión.
–¿Ha tenido miedo por ellos?
–Siempre que escribes de un fenómeno criminal y hablas de gente con nombre y apellidos que ejerce de criminal te pasan por la cabeza cosas. Pero no me paré a pensar en eso afortundamente. Había que ir con la historia hasta sus últimas consecuencias. La consecuencia más grave vino del lado que menos imaginaba, el de la Justicia. En cuanto a los narcos, no he recibido ninguna presión. Una de las obsesiones ahora del narcotráfico en Galicia es la opacidad y cualquier foco mediático lo quieren evitar. Por eso están encantados de que ahora todo pase en Algeciras.
–¿El modelo gallego se ha exportado a Algeciras?
–No. Ahora mismo el canal más importante de introducción de la cocaína son los puertos y España es, junto con Holanda, la vía principal en Europa. Aquí están los puertos principales del Mediterráneo, como Algeciras, Valencia o Barcelona que son tres puertas principales de entrada. Es un modus operandi muy difícil de combatir porque es buscar una aguja en un pajar. Además, como se está demostrando, hay una corrupción enorme. Hace poco me decía un cargo importante de la brigada de estupefacientes que el puerto de Algeciras está infectado. Eso no quita que el modus operandi de los gallegos, que es el mar, las planeadoras, traer los fardos en planeadoras, no exista. ¡Claro que existe! El resultado de todo esto es que hay más cocaína que nunca, como dice un informe de la ONU de la semana pasada.
–También se están produciendo casos curiosos, como la exaltación de los narcos hasta el punto de venderse camisetas con la imagen de Pablo Escobar.
–Es curioso. Hablando con un narcotraficante gallego, éste me decía que estaba indignado con que se hicieran camisetas con narcotraficantes y que se venerasen a estas figuras porque entonces los chavales querrían ser ellos. Es verdad que hay una fascinación por este mundo, algo inevitable porque son figuras muy novelescas y atractivas de leer. El problema es traspasar la línea y no saber quiénes son. No me parece ético llevar una camiseta de Pablo Escobar, aunque tampoco es el peor de los pecados.
–¿Los narcos han leído «Fariña»?
–Sí, seguro, pero no dicen su opinión. Lo curioso es que hay algunos que están enfadados porque no salen en las páginas del libro.
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