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Anne Holt une el maltrato infantil con la matanza de la isla de Utoya

La autora cierra su serie protagonizada por Inger Johanne Vic e Yngvar Stubø

La escritora noruega Anne Holt fue ayer una de las protagonistas del BCNegro
La escritora noruega Anne Holt fue ayer una de las protagonistas del BCNegrolarazon

El maltrato infantil no es un tema recurrente dentro de la novela negra. Sin embargo, la escritora noruega tenía ganas de investigar un mundo sórdido y muy difícil de denunciar.

El maltrato infantil no es un tema recurrente dentro de la novela negra. Sin embargo, la escritora noruega tenía ganas de investigar un mundo sórdido y muy difícil de denunciar. Su editor le advirtió que no era una buena idea, que el lector tipo del género negro quiere asesinos en serie o crímenes espectaculares, pero Holt no se mueve por estudios de mercado, sino por historias que le impactan tanto de manera intelectual como emocional. El resultado es «Lo que esconden las nubes oscuras» (Roca), un intenso «thriller» que une un terrible caso de abusos a niños con la terrible matanza de la isla de Utoya que sacudió a la sociedad noruega el fatídico 21 de julio de 2011.

Un drama en la sombra

Los últimos estudios cifran que 20.000 niños sufren maltrato en Noruega. Para una población de cinco millones de personas, el número es terrorífico. Sin embargo,cada año sólo se registran dos o tres juicios relacionados con el tema y su inmensa mayoría son bebés. «Son más fáciles de identificar. El problema es que los niños de tres a diez años se caen de árboles, de bicicletas y es fácil ocultar los maltratos. Además, los niños suelen ser muy leales con sus progenitores, no entienden que tienen derecho a otra cosa y no hay denuncias. Es un crimen extendido que parece vivir en la sombra y me pareció que valía la pena denunciarlo a través de una novela negra», señaló ayer Holt.

La novela arranca con la misteriosa muerte de un niño de ocho años, hijo de una familia acomodada de Oslo. Los primeros indicios parecen indicar que ha sido un accidente, pero el joven e inexperto agente Henrik Holme decidirá ir hasta el fondo de la cuestión, en medio del terrible duelo nacional por la matanza de Utoya, cuando Anders Behring Breivik mató a 86 adolescentes entre 14 y 17 años. «Me interesaba reflejar cómo esta tragedia consiguió hacer invisibles todos los grandes dramas que sucedieron al mismo tiempo. La simpatía y conmiseración estaban reservados para las víctimas de los atentados. La muerte del niño de ocho años también era una tragedia y me interesaba jugar con esta ambivalencia», afirmó Holt.

La escritora no quería hacer una novela sobre el 21 de julio, sin embargo, al hablar del Oslo contemporáneo, era imposible no hacerlo. Además, le permitía hacer creíble que adjudicaran un caso tan grave como el de violencia infantil a un agente de policía recién salido de la academia. «No quería que fuese mi historia. Aquellos que les tocó más de cerca deberían escribirla. En este sentido, no es como si escribiese una novela del 11-S. Pero al mismo tiempo, me servía con espejo que reforzaba el drama central», aseguró la autora.

Holt une los dos temas con la figura de Breivik, el asesino de la matanza que se sabe que él mismo sufrió maltrato infantil y que nunca sintió un hogar donde sentirse querido y protegido. «La máxima pulsión infantil es la de hacerse visible, que le hagan caso. Estos asesinos múltiples cumplen con el perfil de niño abandonado y parecen reclamar la atención que se les negó de niño de una forma pérfida. No quería justificar en ningún caso la actuación de estos individuos, hay muchos más casos de niños maltratados que acaban siendo personas maravillosas, pero sí me interesaba jugar con este paralelismo», afirmó la escritora

Sorpresa inaudita

Anne Holt fue la primera sorprendida por la tragedia, un hecho mucho más cerca de la sociedad norteamericana que la civilizada Noruega. «Si yo hubiese entregado a un editor esta historia antes de que hubiese sucedido, no hubiese querido publicarla. Me hubiese dicho que no era creíble. Aunque tampoco sería una buena novela negra, pero sí, es una gran tragedia, pero no hay misterio. El crimen es a ojos de todo el mundo, el culpable es un asesino confeso y no hay lugar para la trama de suspense», aseguró Holt.

La novela cierra la serie protagonizada por la psicóloga penal Inger Johanne Vik y el inspector Yngvar Stubø. Ahora, Holt continuará con los dos últimos libros de su serie de diez novelas protagonizadas por la detective de policía lesbiana Hanne Wilhelmsen, que va a ser llevada a una serie televisiva por la BBC y entonces empezará a pensar en nuevos detectives.